jueves, 14 de agosto de 2008

Artículo de Opinión

La muralla

Hasta mediados del siglo 19 Colonia era una bella urbe amurallada regida por un arzobispo, con una maravillosa catedral gótica y un bonito barrio medieval. Las guerras napoleónicas y las desavenencias autonómicas germanas abocaron a la ciudad a una crisis económica que llevó a sus ciudadanos a tomar una grave decisión : ¿Qué hacemos con las históricas murallas que tanto han durado y tanto nos han protegido?.
Surgieron varios grupos de opinión: los empresarios del centro que querían conservar a toda costa su monopolio comercial; el clero que no entendía el progreso sin considerar a la catedral como el centro de la vida urbana; el príncipe elector que no quería arriesgar sus derechos de portazgo; la rancia corte universitaria que intentaba mantener sus prebendas frente al peligro ilustrado. La muralla era a la vez valladar contra intrusos y seguro contra competidores foráneos: la endogamia perfecta para los caciques de siempre.
Pero hete aquí que en 1897 Felix Hoffman sintetiza el ácido acetil salicílico – vulgo aspirina – y crea la Bayer que conocemos hoy, la mayor empresa farmacéutica del mundo. ¡Qué oportunidad de crecimiento a orillas del río de Europa!. Había que tomar una decisión : si la ciudad tiene que desarrollarse habrá que buscar sitio para la fábrica y, para ello, tendrá que prescindir de sus murallas y mirar más allá.
La burguesía asentada en sus privilegios puso el grito en el cielo: progreso sí, pero no a nuestra costa. Fabrica en el centro. Para el clero y los docentes no podía existir nada más allá del alma de la ciudad. Aspirina sí, pero en el centro. El príncipe elector de Renania-Westfalia , a pesar de dejarse influir por los carcas de siempre no tuvo más remedio que aceptar la realidad y dejar que el siglo 20 entrara en las casas de sus súbditos.
Así que lo hicieron : cruzaron el río para crear la nueva ciudad de Leverkusen. La ciudad de Bayer y del Bayer-Leverkusen de la 9ª Copa de Europa (véase el golazo de Zidane ( http://es.youtube.com/watch?v=3AkJx-zPMqI ).
Treinta mil puestos de trabajo industriales directos hacen del binomio Colonia-Leverkusen una de las regiones más prósperas de Alemania.
Para conseguirlo tuvieron que mirar más allá de sus murallas, de su vetusto comercio, de su arcaica universidad y hasta de los intereses de su arzobispo y príncipe elector. Y, por supuesto, de los plastas universales para quienes no existe nada más allá de Carretería Straße
Antonio Melero Pita

1 comentario:

david dijo...

¿Esto va por lo de la estación del AVE? Comparas la fábrica de aspirinas con el lugar donde deben coger los conquenses un servicio de transporte de viajeros rápido (no lo dices, pero se percibe por debajo en tu artículo). Ay Dios! No, si al final va a ser verdad lo tuyo con DAVECON