domingo, 17 de diciembre de 2006

Dos fallecidos en sendos accidentes de tráfico en San Clemente y Las Pedroñeras

Dos personas han perdido la vida en sendos accidentes de tráfico registrados en las localidades conquenses de San Clemente y Las Pedroñeras, según informaron a Europa Press fuentes del Subsector de Tráfico en la provincia.
El primero de los sucesos tuvo lugar ayer, a las 21.15 horas, en el kilómetro 4,200 de la CM-3117, dentro del término municipal de San Clemente, tras la salida de vía de un turismo, matrícula de Cuenca, conducido por un hombre, J.E.L.C., de 45 años, vecino de San Clemente, que resultó muerto.
El segundo siniestro ocurrió hoy, a las 4.45 horas, a la altura del kilómetro 167 de la N-301, en El Provencio, cuando un vehículo, conducido por una persona que resultó ilesa, atropelló a un peatón, aún sin identificar, que falleció.

Opinión

Carta abierta a Maria Dolores de Cospedal, candidata del PP a la presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha :
Ningún proyecto político y de convivencia augura un mejor futuro en común si elude las injusticias del pasado, señora De Cospedal.
Lo anterior es de especial relevancia cuando hablamos de un proyecto político, como es la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, carente de legitimidad histórica o cultural, un proyecto de convivencia y desarrollo institucional que únicamente puede encontrar su fortaleza en una legitimidad, que al no ser de origen, o es de ejercicio, o no será.
No otra cosa declaraba solemnemente el entonces Presidente regional José Bono cuando afirmaba, en los albores del proyecto regional, que la nueva Comunidad Autónoma encontraría su sentido y justificación aportando desarrollo, prosperidad, equidad y justicia repartida por igual en todas sus provincias.
Cuando se acordó la configuración de Castilla-La Mancha, Cuenca tenía una posición política, institucional, social y económica que, treinta años después (Mota del Cuervo 1976), ha perdido en gran medida.
Provincias como Albacete o Guadalajara, fuertemente críticas al proyecto de región, especialmente Albacete por su vinculación “natural” con Murcia, han progresado con firmeza en estos años. Igual que Toledo o Ciudad Real, Albacete y Guadalajara han encontrado en el proyecto regional la senda de crecimiento y prosperidad que legitima su permanencia en el conjunto.
Insistimos en que no es el caso de Cuenca. La imparable pérdida de posiciones de la provincia en el conjunto, con la capital como paradigma del estancamiento, se inició cuando perdimos la capitalidad regional.
Se afirma con evidente desdén por la memoria histórica que el debate de la capitalidad está cerrado. Lo estaría efectivamente si Cuenca hubiera obtenido en otros ámbitos compensaciones por la pérdida de oportunidades que con la capitalidad marcharon a Toledo. Dramáticamente, y al igual que con la capitalidad, Cuenca perdió en estos treinta años todas y cada una de las oportunidades estratégicas que el poder político regional repartía, olvidando una y otra vez a Cuenca.
Sí, señora De Cospedal : Treinta años de "autonomía" han sido suficientes para acumular en Cuenca una lista interminable de oportunidades perdidas que no deja de añadir renglones; de fracasos estratégicos que han cancelado el futuro de muchas generaciones de conquenses en su tierra:
Se perdió la oportunidad de la capitalidad, y la descomunal financiación que la sede de las Instituciones y el Gobierno regional ha supuesto para Toledo en estos treinta años, como lo seguirá haciendo en los próximos treinta.
Se perdió la oportunidad de que Cuenca fuera prioritaria en la configuración de la universidad regional, a pesar de que, por la pérdida de la capitalidad, se había comprometido esta necesaria compensación para el equilibrio territorial.
Se perdió la oportunidad de las comunicaciones, de forma que en 2006 Cuenca no tiene comunicación por autovía, no tiene comunicación por ferrocarril convencional, no tiene comunicación por AVE, no tiene aeropuerto. Lo sabemos, quizás algún año de los próximos treinta Cuenca tendrá autovía, pero ahora hablamos de los pasados treinta años de autonomía y autogobierno. Años en los que decenas de localidades de la región han visto hecha realidad esta infraestructura.
Se perdió la oportunidad de la industrialización, y treinta años después, Cuenca, insignificante en el vertiginoso crecimiento de la superficie regional en polígonos industriales, no ha variado sustancialmente la dimensión o capacidad de crear empelo de su sector industrial.
Se perdió la oportunidad del turismo. Seguimos viviendo, como hace treinta años, del turismo de fin de semana del casto antiguo, de la Semana Santa y de las visitas a la “Ciudad Encantada” y al “Nacimiento del río Cuervo”. Treinta años para no tener en 2006 Palacio de Congresos en Cuenca. Autonomía para que se decida en Toledo, como antes era en Madrid, que Cuenca queda excluida de las cuantiosas inversiones en infraestructura turística de la Ruta Quijote.
Se perdió la oportunidad de la cultura. Cuenca no es respecto a otras capitales de provincia un foco prioritario de la inversión en infraestructura cultural regional.
Se perdió la oportunidad de la industria aeronáutica. Que empezó en Illescas, provincia de Toledo y se ha consolidado en Ciudad Real y Albacete formando un triángulo de prosperidad que excluye a Cuenca.
Se perdió la oportunidad de la puesta en valor económico de la conservación de la naturaleza, y treinta años han sido necesarios para que a duras penas se consiga la declaración de Parque natural de la Serranía de Cuenca. Otros espacios naturales de la región fueron prioritarios. Siempre otros.
Se perdió la oportunidad de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación. Con la exclusión de Cuenca de las infraestructuras universitarias de investigación, la exclusión en las dotaciones en parques científicos y tecnológicos, la exclusión en la distribución de Centros Tecnológicos, la exclusión en los Centros Europeos de Empleo e Innovación. Finalmente la marginación de Cuenca en el plan regional “PRINCET” de I+D+i.
Se perdió la oportunidad de una sanidad avanzada, motor de nuevos servicios y de desarrollo a través de un nuevo hospital. Porque el nuevo “centralismo” regional ha decidido que Cuenca no debe participar de las inversiones que por valor de 1.000 millones de euros se han programado en todos los hospitales de la región, menos en el de Cuenca.
Se perdió, por la falta de infraestructuras de comunicación, la oportunidad de desarrollo vinculada a la Comunidad de Madrid que provincias como Toledo y Guadalajara han añadido a las inversiones estratégicas de su propia Comunidad Autónoma.
Finalmente se perdió la oportunidad del agua ya que, en estos treinta años, y como con los gobiernos anteriores a la democracia, Cuenca, la provincia del trasvase, ha seguido viendo cómo el agua atravesaba su territorio sin dejar beneficio alguno, ahondando una cicatriz que solo la desmemoria colectiva ha conseguido ocultar.
Han sido, señora De Cospedal, treinta años de reparto de bienes públicos estratégicos, que no ordinarios, que ha marginado a Cuenca. Para saber el porque del atraso de Cuenca no hay que investigar un presunta idiosincrasia conquense, hay que escrutar todas y cada una de las decisiones estratégicas que se han tomado en esta Comunidad, marginando a Cuenca, en los últimos treinta años.
Como no podía ser de otro modo, esta acumulación de fracasos y de marginación ha producido en Cuenca el correlato inexorable de despoblación, y su compañero inseparable que es el envejecimiento. Como no podía ser de otro modo, esta acumulación de fracasos y de marginación ha producido en Cuenca el correlato inexorable de la pérdida de oportunidades de crecimiento económico, prosperidad y empleo.
Incómodos compañeros de viaje para Cuenca en estos años: la despoblación, la descapitalización económica y social, la falta de desarrollo, la ausencia de futuro para las nuevas generaciones; pesado equipaje que sin embargo no ha lastrado el desarrollo de las otras cuatro provincias en estos treinta años de viaje colectivo.
Cuenca exige a sus representantes en las Cortes Regionales, y usted señora De Cospedal, es la cabeza visible del PP regional, la misma justicia que Castilla-La Mancha exige al Estado Español en el proyecto de reforma estatutaria en curso.
Porque no queremos tener que contestar a la incómoda pregunta de si Cuenca estaría donde está aunque no hubiera existido la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
Si esta Comunidad Autónoma se empeña en no respetar el pacto social y político suscrito entre todas las provincias que supuso su origen, será esta Comunidad Autónoma, y no Cuenca, quien ponga en riesgo un futuro de cohesión e integridad territoriales.

Atentamente,

Ejecutiva provincial de IXC

15 de diciembre de 2006