En la tarde del pasado miércoles en el Centro Asociado de la UNED de la capital conquense, el catedrático de filosofía y miembro de Consejo Superior de Investigaciones Científicas Manuel Reyes Mate ofreció una conferencia titulada “Laicismo y Ciudadanía”. Este acto tuvo lugar a propuesta de la Asociación “Ciudadanos por la República” de Cuenca.
Comenzó criticando lo ocurrido en el Tribunal de Justicia de Andalucía ante la objeción de conciencia presentada por los padres para que sus hijos no cursen la asignatura Educación para la Ciudadanía. Supuso que el Tribunal Supremo de Justicia en Madrid tiene que dejar claro la ilegalidad de esa objeción, para que no vuelva a suceder en otras comunidades y quede clara la posición del gobierno, sin ambigüedades posibles.
El ponente defendió la asignatura Educación para la Ciudadanía porque ciudadanía significa democracia. Los contenidos fundamentales de la misma han de ser el Laicismo o Tolerancia, la Responsabilidad y la Paz. Como buen filósofo hizo un recorrido histórico de los derechos del hombre desde la antigua Grecia hasta hoy deteniéndose en la Revolución Francesa y en la Ilustración para acabar hablando del presente. Y es que la historia de la ciudadanía no se entiende sin la de los Derechos Humanos, por eso es tan importante el artículo nº 1 de esta declaración en el que se recoge la Igualdad, la Libertad y la Dignidad como valores fundamentales de cualquier persona. Además, sobre todo después de 1947, cuando por primera vez aparecen reconocidos juicios que no prescriben, estos valores han de ser universales o sino no tienen sentido.
Reyes Mate, ante el público republicano dijo que “los acuerdos con la Santa Sede son preconstitucionales, anticonstitucionales y que deben revisarse cuanto antes”, porque sólo desde el laicismo, la tolerancia, se puede garantizar una ciudadanía de verdad, responsable con el futuro y con el pasado. En este punto hizo una reflexión específica a la Memoria Histórica diciendo que “una injusticia que no se ha saldado sigue vigente” y en este país no se ha saldado la injusticia cometida a la 2ª República, es decir a los miles de españoles y españolas que sufrieron la brutal Guerra Civil y la brutal dictadura franquista.
Acabó su discurso hablando de la paz como condición imprescindible para que haya reparación y no olvido ante la guerra y el terrorismo, propuso el reconocimiento de las víctimas como ciudadanos y la necesidad de superar el empobrecimiento y la división que supone el daño social sufrido por las víctimas. “La violencia no puede ser parte de la política” acabó diciendo como respuesta a las intervenciones del público, que siguieron a su exposición.
Comenzó criticando lo ocurrido en el Tribunal de Justicia de Andalucía ante la objeción de conciencia presentada por los padres para que sus hijos no cursen la asignatura Educación para la Ciudadanía. Supuso que el Tribunal Supremo de Justicia en Madrid tiene que dejar claro la ilegalidad de esa objeción, para que no vuelva a suceder en otras comunidades y quede clara la posición del gobierno, sin ambigüedades posibles.
El ponente defendió la asignatura Educación para la Ciudadanía porque ciudadanía significa democracia. Los contenidos fundamentales de la misma han de ser el Laicismo o Tolerancia, la Responsabilidad y la Paz. Como buen filósofo hizo un recorrido histórico de los derechos del hombre desde la antigua Grecia hasta hoy deteniéndose en la Revolución Francesa y en la Ilustración para acabar hablando del presente. Y es que la historia de la ciudadanía no se entiende sin la de los Derechos Humanos, por eso es tan importante el artículo nº 1 de esta declaración en el que se recoge la Igualdad, la Libertad y la Dignidad como valores fundamentales de cualquier persona. Además, sobre todo después de 1947, cuando por primera vez aparecen reconocidos juicios que no prescriben, estos valores han de ser universales o sino no tienen sentido.
Reyes Mate, ante el público republicano dijo que “los acuerdos con la Santa Sede son preconstitucionales, anticonstitucionales y que deben revisarse cuanto antes”, porque sólo desde el laicismo, la tolerancia, se puede garantizar una ciudadanía de verdad, responsable con el futuro y con el pasado. En este punto hizo una reflexión específica a la Memoria Histórica diciendo que “una injusticia que no se ha saldado sigue vigente” y en este país no se ha saldado la injusticia cometida a la 2ª República, es decir a los miles de españoles y españolas que sufrieron la brutal Guerra Civil y la brutal dictadura franquista.
Acabó su discurso hablando de la paz como condición imprescindible para que haya reparación y no olvido ante la guerra y el terrorismo, propuso el reconocimiento de las víctimas como ciudadanos y la necesidad de superar el empobrecimiento y la división que supone el daño social sufrido por las víctimas. “La violencia no puede ser parte de la política” acabó diciendo como respuesta a las intervenciones del público, que siguieron a su exposición.
1 comentario:
No conozco a fondo todo el temario de Educación para la Ciudadanía, pero por lo que he leído en la prensa me parece una buena asignatura, aunque inicialmente no se pueda comparar a Matemáticas, Lengua, Historia, Inglés,...
Desde luego yo sí estoy de acuerdo con esta asignatura, y totalmente en contra de la religión, esta si que debe ser desterrada del entorno educativo y, quién quiera, que la estudie en su iglesia, sinagoga, mezquita o lo que sea.
Igualmente no se puede consentir que los que no estudian religión estén sumidos en un pozo vacío sin poder hacer nada. La enseñanza debe ser laica y quienes no estudian religión deben tener a su disposición recursos educativos para estudio o repaso.
CuencaCritica
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