La lucha contra la pobreza y la promoción del desarrollo es una labor harto difícil y en ella las ONGD se han destacado como agentes de primer orden. El hecho de trabajar directamente con las poblaciones empobrecidas y beneficiarias las hace merecedoras de toda nuestra confianza.
Distintas organizaciones humanitarias llevan años solicitando a los gobiernos de los países desarrollados que destinen ese porcentaje del Producto Interior Bruto a ayudar a los más desfavorecidos.
Una llamada de atención que ya ha sido advertida por el Gobierno del Presidente Zapatero que, en esta legislatura, casi ha triplicado la ayuda al desarrollo. De esta forma, contribuimos con la mayor generosidad posible a alcanzar los Objetivos del Milenio como erradicar la pobreza, el hambre y todo tipo de exclusión en el mundo.
Las cifras hablan por sí solas. La Ayuda Oficial al Desarrollo de España ha pasado de 1.735 millones de euros en 2003 a más de 4.000 en 20007. Además, para el próximo año 2008 hay presupuestados unos 5.500 millones de euros, esto es, casi el triple.
Creemos en la política como herramienta contra la escasez en el mundo y, en este sentido, estos datos avalan las respuestas contundentes del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la lucha contra la miseria dentro y fuera de nuestras fronteras.
España es hoy el segundo país del mundo en nivel de esfuerzo en recursos destinados a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Hemos pasado de destinar el 0’24 por ciento de nuestro Producto Interior Bruto en 2004, a un 0’5 por ciento previsto en 2008.
Asumir como inevitables los niveles de indigencia que se dan en el mundo y la pobreza relativa en las sociedades más desarrolladas materialmente es ceder a un fatalismo absurdo, porque supone tolerar la desigualdad fundamental contra la que surgió el socialismo.
El Presidente Zapatero ha apostado firmemente por incrementar el gasto social para lograr mayor equidad en España mediante la ampliación del Estado de Bienestar (Educación, Salud, Pensiones, Dependencia), con programas específicos contra la pobreza relativa como la Estrategia Nacional para la Protección y la Inclusión Social 2006-08.
En el Partido Socialista tenemos claro que lo importante es abordar la ayuda al desarrollo desde un prisma de cooperación, para lo que la Ayuda Oficial Española ya ha incluido en su diseño esa co-responsabilidad de los receptores, que es tanto una exigencia en la calidad y eficacia de la ayuda como un reconocimiento del papel de los más empeñados en la lucha contra la pobreza: los propios pobres.
Los beneficiarios deben sentir las estrategias de desarrollo como propias, para lo cual debe facilitarse mayor participación ciudadana en la formulación de las políticas y la rendición de cuentas por parte de los gobiernos receptores.
Esta participación, la auténtica Alianza para el Desarrollo, requiere que los gobiernos donantes ofrezcamos orientación, herramientas y crear oportunidades para el desarrollo, como un comercio internacional más justo.
Actualmente, las dos zonas geográficas prioritarias de la AOD española son América Latina y, por primera vez desde esta legislatura, el África Subsahariana. Aquí, el aumento de presupuesto ha permitido, sin desatender otras zonas, que la ayuda española pase de 200 millones de euros en 2004 a 850 millones presupuestados para el próximo año.
Además, en esta legislatura, la Agencia Española de Cooperación Internacional ha proporcionado asistencia humanitaria a más de 10 millones de personas y ha superado la cuantía de su compromiso internacional destinando a la condonación de la deuda a 11 países 384 millones de euros.
Otro ejemplo especialmente significativo es la iniciativa impulsada por el Presidente Zapatero de cambiar deuda por educación y desarrollo, generando un compromiso de condonaciones de 300 millones de euros en América Latina y 200 en África.
Desde el Partido Socialista apoyamos este esfuerzo colectivo de los gobiernos progresistas y de la sociedad civil, de los millones de mujeres y hombres que hacen voluntariado individual y activismo para que los compromisos del Milenio sean alcanzados. Junto a ellos nos levantamos frente a la pobreza.
Distintas organizaciones humanitarias llevan años solicitando a los gobiernos de los países desarrollados que destinen ese porcentaje del Producto Interior Bruto a ayudar a los más desfavorecidos.
Una llamada de atención que ya ha sido advertida por el Gobierno del Presidente Zapatero que, en esta legislatura, casi ha triplicado la ayuda al desarrollo. De esta forma, contribuimos con la mayor generosidad posible a alcanzar los Objetivos del Milenio como erradicar la pobreza, el hambre y todo tipo de exclusión en el mundo.
Las cifras hablan por sí solas. La Ayuda Oficial al Desarrollo de España ha pasado de 1.735 millones de euros en 2003 a más de 4.000 en 20007. Además, para el próximo año 2008 hay presupuestados unos 5.500 millones de euros, esto es, casi el triple.
Creemos en la política como herramienta contra la escasez en el mundo y, en este sentido, estos datos avalan las respuestas contundentes del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la lucha contra la miseria dentro y fuera de nuestras fronteras.
España es hoy el segundo país del mundo en nivel de esfuerzo en recursos destinados a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Hemos pasado de destinar el 0’24 por ciento de nuestro Producto Interior Bruto en 2004, a un 0’5 por ciento previsto en 2008.
Asumir como inevitables los niveles de indigencia que se dan en el mundo y la pobreza relativa en las sociedades más desarrolladas materialmente es ceder a un fatalismo absurdo, porque supone tolerar la desigualdad fundamental contra la que surgió el socialismo.
El Presidente Zapatero ha apostado firmemente por incrementar el gasto social para lograr mayor equidad en España mediante la ampliación del Estado de Bienestar (Educación, Salud, Pensiones, Dependencia), con programas específicos contra la pobreza relativa como la Estrategia Nacional para la Protección y la Inclusión Social 2006-08.
En el Partido Socialista tenemos claro que lo importante es abordar la ayuda al desarrollo desde un prisma de cooperación, para lo que la Ayuda Oficial Española ya ha incluido en su diseño esa co-responsabilidad de los receptores, que es tanto una exigencia en la calidad y eficacia de la ayuda como un reconocimiento del papel de los más empeñados en la lucha contra la pobreza: los propios pobres.
Los beneficiarios deben sentir las estrategias de desarrollo como propias, para lo cual debe facilitarse mayor participación ciudadana en la formulación de las políticas y la rendición de cuentas por parte de los gobiernos receptores.
Esta participación, la auténtica Alianza para el Desarrollo, requiere que los gobiernos donantes ofrezcamos orientación, herramientas y crear oportunidades para el desarrollo, como un comercio internacional más justo.
Actualmente, las dos zonas geográficas prioritarias de la AOD española son América Latina y, por primera vez desde esta legislatura, el África Subsahariana. Aquí, el aumento de presupuesto ha permitido, sin desatender otras zonas, que la ayuda española pase de 200 millones de euros en 2004 a 850 millones presupuestados para el próximo año.
Además, en esta legislatura, la Agencia Española de Cooperación Internacional ha proporcionado asistencia humanitaria a más de 10 millones de personas y ha superado la cuantía de su compromiso internacional destinando a la condonación de la deuda a 11 países 384 millones de euros.
Otro ejemplo especialmente significativo es la iniciativa impulsada por el Presidente Zapatero de cambiar deuda por educación y desarrollo, generando un compromiso de condonaciones de 300 millones de euros en América Latina y 200 en África.
Desde el Partido Socialista apoyamos este esfuerzo colectivo de los gobiernos progresistas y de la sociedad civil, de los millones de mujeres y hombres que hacen voluntariado individual y activismo para que los compromisos del Milenio sean alcanzados. Junto a ellos nos levantamos frente a la pobreza.
PSOE CUENCA
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