
Esta falta de información también se da entre los consumidores y por eso las jornadas organizadas por UCAMAN se orientan sobre todo a organizaciones de consumidores.
Escribano recordó que los productos ecológicos no están modificados genéticamente, están prohibidos los transgénicos, se han cultivado sin productos químicos, y además tampoco se permite forzar cultivos, por lo que los productos crecen de manera más natural. Es decir, son productos totalmente naturales 'y los que los prueban dicen que son de nuestra abuela, que te comes un tomate y sabe a tomate'.
Sin embargo, la técnico de UCAMAN reconoció que 'la agricultura ecológica no es fácil de llevar. Primero hay que dedicar dos años a la denominada 'conversión', hasta que el producto es considerado ecológico. Además, tanto los controles de calidad como el uso de métodos tradicionales, que requieren más mano de obra, inciden en el precio final del producto, aunque Escribano apuntó que 'no es para llevarse las manos a la cabeza'.
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