En la ciudad de Cuenca, reunida la Ejecutiva provincial de Independientes por Cuenca, con fecha treinta de octubre de dos mil seis.
Conscientes de nuestra responsabilidad como tercer partido en la provincia de Cuenca, responsables por nuestra condición de único partido político cuyo objeto programático principal es la defensa de los intereses de esta provincia.
Ante el proceso iniciado en las Cortes Regionales, ámbito de representación política del que Independientes por Cuenca está ausente, proceso tendente a la aprobación del proyecto legislativo de reforma del vigente Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha.
MANIFESTAMOS
Ningún proyecto político y de convivencia augura un mejor futuro en común si elude las injusticias del pasado. Es por eso una exigencia política inexcusable mirar hacia los treinta años de autonomía en esta región. Treinta años desde la “Declaración de Mota del Cuervo”, un 26 de abril. Se hace necesaria una reflexión colectiva sobre aciertos y errores para garantizar la plenitud, en los próximos treinta años, de la reforma estatutaria que se pretende.
Lo anterior es de especial relevancia cuando hablamos de un proyecto político, como es la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, carente de legitimidad histórica o cultural, un proyecto de convivencia y desarrollo institucional que únicamente puede encontrar su fortaleza en una legitimidad, que al no ser de origen, o es de ejercicio, o no será.
No otra cosa declaraba solemnemente el entonces Presidente regional José Bono cuando afirmaba, en los albores del proyecto regional, que la nueva Comunidad Autónoma encontraría su sentido y justificación aportando desarrollo, prosperidad, equidad y justicia repartida por igual en todas sus provincias.
Cuando se acordó la configuración de Castilla-La Mancha, Cuenca tenía una posición política, institucional, social y económica que, treinta años después, ha perdido en gran medida.
Provincias como Albacete o Guadalajara, fuertemente críticas al proyecto de región, especialmente Albacete por su vinculación “natural” con Murcia, han progresado con firmeza en estos años. Igual que Toledo o Ciudad Real, Albacete y Guadalajara han encontrado en el proyecto regional la senda de crecimiento y prosperidad que legitima su permanencia en el conjunto.
Insistimos en que no es el caso de Cuenca. La imparable pérdida de posiciones de la provincia en el conjunto, con la capital como paradigma del estancamiento, se inició cuando perdimos la capitalidad regional.
Se afirma con evidente desdén por la memoria histórica que el debate de la capitalidad está cerrado. Lo estaría efectivamente si Cuenca hubiera obtenido en otros ámbitos compensaciones por la pérdida de oportunidades que con la capitalidad marcharon a Toledo.
Dramáticamente, y al igual que con la capitalidad, Cuenca perdió en estos treinta años todas y cada una de las oportunidades estratégicas que el poder político regional repartía, olvidando una y otra vez a Cuenca.
Sí, señoras diputadas y señores diputados regionales. Sí, ciudadanos castellanomanchegos. Sí, conquenses. Treinta años han sido suficientes para acumular en Cuenca una lista interminable de oportunidades perdidas que no deja de añadir renglones; de fracasos estratégicos que han cancelado el futuro de muchas generaciones de conquenses en su tierra:
Se perdió la oportunidad de la capitalidad, y la descomunal financiación que la sede de las Instituciones y el Gobierno regional ha supuesto para Toledo en estos treinta años, como lo seguirá haciendo en los próximos treinta.
Se perdió la oportunidad de que Cuenca fuera prioritaria en la configuración de la universidad regional, a pesar de que, por la pérdida de la capitalidad, se había comprometido esta necesaria compensación para el equilibrio territorial.
Se perdió la oportunidad de las comunicaciones, de forma que en 2006 Cuenca no tiene comunicación por autovía, no tiene comunicación por ferrocarril convencional, no tiene comunicación por AVE, no tiene aeropuerto. Lo sabemos, quizás algún año de los próximos treinta Cuenca tendrá autovía, pero ahora hablamos de los pasados treinta años de autonomía y autogobierno. Años en los que decenas de localidades de la región han visto hecha realidad esta infraestructura.
Se perdió la oportunidad de la industrialización, y treinta años después, Cuenca, insignificante en el vertiginoso crecimiento de la superficie regional en polígonos industriales, no ha variado sustancialmente la dimensión o capacidad de crear empelo de su sector industrial.
Se perdió la oportunidad del turismo. Seguimos viviendo, como hace treinta años, del turismo de fin de semana del casto antiguo, de la Semana Santa y de las visitas a la “Ciudad Encantada” y al “Nacimiento del río Cuervo”. Treinta años para no tener en 2006 Palacio de Congresos en Cuenca. Autonomía para que se decida en Toledo, como antes era en Madrid, que Cuenca queda excluida de las cuantiosas inversiones en infraestructura turística de la Ruta Quijote.
Se perdió la oportunidad de la cultura. Cuenca no es respecto a otras capitales de provincia un foco prioritario de la inversión en infraestructura cultural regional.
Se perdió la oportunidad de la industria aeronáutica. Que empezó en Illescas, provincia de Toledo y se ha consolidado en Ciudad Real y Albacete formando un triángulo de prosperidad que excluye a Cuenca.
Se perdió la oportunidad de la puesta en valor económico de la conservación de la naturaleza, y treinta años han sido necesarios para que a duras penas se consiga la declaración de Parque natural de la Serranía de Cuenca. Otros espacios naturales de la región fueron prioritarios. Siempre otros.
Se perdió la oportunidad de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación. Con la exclusión de Cuenca de las infraestructuras universitarias de investigación, la exclusión en las dotaciones en parques científicos y tecnológicos, la exclusión en la distribución de Centros Tecnológicos, la exclusión en los Centros Europeos de Empleo e Innovación. Finalmente la marginación de Cuenca en el plan regional “PRINCET” de I+D+i.
Se perdió la oportunidad de una sanidad avanzada, motor de nuevos servicios y de desarrollo a través de un nuevo hospital. Porque el nuevo “centralismo” regional ha decidido que Cuenca no debe participar de las inversiones que por valor de 1.000 millones de euros se han programado en todos los hospitales de la región, menos en el de Cuenca.
Se perdió, por la falta de infraestructuras de comunicación, la oportunidad de desarrollo vinculada a la Comunidad de Madrid que provincias como Toledo y Guadalajara han añadido a las inversiones estratégicas de su propia Comunidad Autónoma.
Finalmente se perdió la oportunidad del agua ya que, en estos treinta años, y como con los gobiernos anteriores a la democracia, Cuenca, la provincia del trasvase, ha seguido viendo cómo el agua atravesaba su territorio sin dejar beneficio alguno, ahondando una cicatriz que solo la desmemoria colectiva ha conseguido ocultar.
Han sido treinta años de reparto de bienes públicos estratégicos, que no ordinarios, que ha marginado a Cuenca. Para saber el porque del atraso de Cuenca no hay que investigar un presunta idiosincrasia conquense, hay que escrutar todas y cada una de las decisiones estratégicas que se han tomado en esta Comunidad, marginando a Cuenca, en los últimos treinta años.
Como no podía ser de otro modo, esta acumulación de fracasos y de marginación ha producido en Cuenca el correlato inexorable de despoblación, y su compañero inseparable que es el envejecimiento. Como no podía ser de otro modo, esta acumulación de fracasos y de marginación ha producido en Cuenca el correlato inexorable de la pérdida de oportunidades de crecimiento económico, prosperidad y empleo.
Incómodos compañeros de viaje para Cuenca en estos años: la despoblación, la descapitalización económica y social, la falta de desarrollo, la ausencia de futuro para las nuevas generaciones; pesado equipaje que sin embargo no ha lastrado el desarrollo de las otras cuatro provincias en estos treinta años de viaje colectivo.
Porque esa es la esencia de esta Declaración. Después de treinta años no ha encontrado Cuenca más razones para su vinculación al proyecto regional; después de treinta años hay menos argumentos para la permanencia de Cuenca en este proyecto colectivo. No podemos permitir que la reforma estatutaria sea una nueva oportunidad histórica perdida para hacer justicia con Cuenca.
Por esta historia de fracasos y de marginación, Cuenca exige a sus representantes en las Cortes Regionales la misma justicia que Castilla-La Mancha exige al Estado Español en el proyecto de reforma estatutaria en curso.
Porque no queremos tener que contestar a la incómoda pregunta de si Cuenca estaría donde está aunque no hubiera existido la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, o peor aún, si Cuenca habría conseguido un progreso real y significativo de haber quedado integrada en la Comunidad de Madrid,
DECLARAMOS
El Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, como máxima expresión legislativa del derecho al autogobierno en el marco de nuestra Constitución, debe reconocer a Cuenca el estatus de provincia desfavorecida en el conjunto regional.
Como consecuencia de lo anterior, los proyectos de inversión pública estratégica, tanto del Estado como de la Comunidad Autónoma, deben realizar una discriminación positiva a favor de Cuenca.
Pretenden las Cortes Regionales a través de la reforma estatutaria garantizar inversiones estatales en función de población, PIB y extensión territorial. Cuando se utilice el indicador de población para la distribución de inversiones entre provincias, las mismas deben figurar con la población de hace treinta años, porque treinta años de perjuicio para Cuenca no pueden consolidarse en un futuro so pretexto de unas menores inversiones públicas de carácter estratégico en Cuenca por razón de la menor población.
Declarar la caducidad del Trasvase Tajo-Segura sin reconocer la deuda histórica, pendiente de cancelación, que el mismo ha generado en Cuenca, es manchar de injusticia un propósito justo.
Declarar la caducidad del Trasvase Tajo-Segura y decidir al mismo tiempo un reparto del agua del Tajo en el ámbito de esta Comunidad marginando de nuevo a Cuenca, como demuestra el destino de los caudales de la llamada “tubería manchega”, el nuevo Tajo-La Mancha, es reproducir, a manos de un Gobierno regional democráticamente elegido, el perjuicio a esta provincia históricamente realizado por gobiernos no democráticos.
Si esta Comunidad Autónoma se empeña en no respetar el pacto social y político suscrito entre todas las provincias que supuso su origen, será esta Comunidad Autónoma, y no Cuenca, quien ponga en riesgo un futuro de cohesión e integridad territoriales.
Los representantes políticos de Independientes por Cuenca nos comprometemos solemnemente, en este momento y lugar, a que sea esta, y no otra, la historia que conozcan nuestros hijos.
Dado en la ciudad de Cuenca, a treinta de octubre de dos mil seis.
IxC
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13 comentarios:
ole vuestros huevos, ya iba siendo hora de que se oyese lo que tantos conquenses queremos oir : vámonos de esta basura de comunidad
como se aburren estos de IxC
Se aburren tanto que se ponen a reclamar futuro y oportunidades para las gentes de su tierra...
¿Y si todo esto fuera cierto?
Claro, la culpa siempre la tienen los otros. Y nos olvidamos de lo que es la sociedad conquense: provinciana, aletargada, con falta total de iniciativa, sin emprendedores, llena de pequeños caciques, con un enchufismo endémico y unos políticos perfectamente a su misma altura. Pero, eso sí, que lleguen, que lleguen las subvenciones...
¿Y si todo esto NO fuera cierto?
¿Cómo que NO es cierto? ¿Acaso no está ahí la realidad para comprobarlo? Ya sabemos que la estrategia de algunos es repetir, con el rostro de cemento, que lo que tenemos delante de los ojos es mentira y que nos lo estamos imaginando.
Eso sí, la culpa no es sólo de otros. Cuando te engañan una vez, la culpa es del otro. Cuando te engañan varias veces, la culpa ya es de uno mismo.
Es cierto lo de las subvenciones y el enchufismo. Y eso demuestra que Cuenca es la que más barata se está vendiendo a los políticos actuales. La JCCM tiene que gastarse una pasta gansa en otras provincias para que les voten. En Cuenca, con cuatro duros ya se engrasa la maquinaria electoral. Si se gastasen en otras provincias lo que se gastan en Cuenca, no les votaría ni blas. Pero Cuenca es otra cosa...
ya huelen los de ixc...mucho guau guau...pero son iguales que los demas políticos, unos demagogos baratos.....
seguro que tú eres de los que viven del invento de autonomía manchega. Guau, guau,...
demagogia barata= ixc
guau, guau
demagogia cara para los bolsillos de los contribuyentes: pri, digo psoe poco cajtellano y muy manchego.
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