viernes, 21 de abril de 2006

El Recinto Ferial de Cuenca será financiado en su mayor parte por la empresa constructora DAVECON, beneficiaria de la recalificación de los terrenos d

Martínez Cenzano va a tener en sus manos un proyecto muy llamativo de carácter lúdico, y firmado por un prestigioso arquitecto de relieve internacional.Parecería muy bonito, si no fuera por la forma de financiarlo.Es un hecho ya común en la mayoría de los municipios de cierta importancia, que algunos de los proyectos emblemáticos que acometen sus ayuntamientos, sean sufragados por empresas particulares dedicadas a la construcción. Lo que nos hace pensar si realmente sería esto el fin que justifica los medios. El mercadeo que se produce entre los constructores y los administradores locales, da lugar a prácticas delicadas que pueden deparar en hechos de corrupción permanente como los que acaban de salir a la luz en la ciudad de Marbella.Los ayuntamientos, hoy en día, se ven fuertemente descapitalizados porque tienen que garantizar a los ciudadanos una serie de servicios, que en muchos casos les suponen unos costes que difícilmente pueden asumir, dado el sistema competencial que permanece como consecuencia del desarrollo que hasta el momento se está haciendo del Estado de las Autonomías. Éstas acaparan el mayor poder, incluso para controlar servicios que realizan de facto los municipios.Todo ello se agrava, más aún, en el Ayuntamiento de Cuenca, que se encuentra con una deuda no reconocida de más de 30 millones de euros -más de 5 mil millones de las antiguas pesetas-, como consecuencia de una política donde ha primado más el gasto por las apariencias que la inversión generadora de industria y empleo.En la administración de las legislaturas que se han ido alternando socialistas y populares, nunca se ha tenido en cuenta la capacidad del Ayuntamiento para fomentar el empleo utilizando las principales herramientas de que dispone, que son sobre todo el suelo, el control impositivo y el suministro de recursos como el agua, lo que incentivaría en gran manera la actividad económica.Si a esto se suma el enorme aumento del gasto corriente, como tener que hacer frente continuamente al parcheo de obras recientes mal realizadas; y, sobre todo, la anárquica situación en la que se encuentra el personal, donde se multiplican constantemente las horas extraordinarias y no se priorizan bien los servicios, vemos que la posición no es alagüeña.Por si lo anterior fuera poco, nos encontramos con una administración que no elabora sus presupuestos desde hace ocho años, lo que acarrea la ausencia de control político de los caudales públicos municipales; pero, sobre todo, la imposibilidad de aumentar el prespuesto más allá del IPC, según indica la ley.Así, inevitablemente, se refleja un marco excesivamente anómalo en el que Martínez Cenzano realiza mil argucias para encajar legalmente la subida de impuestos que aprobó en el año 99 -que supera el 40% de media-, lo que supone un aumento en los ingresos netos muy superior a ese IPC legal, hecho que se complica, si cabe más, con la creación de las diferentes empresas municipales de servicios -EMPUSER, Gerencia de Urbanismo, etc.-, acaparadoras de gran parte de esos ingresos incrementados por la subida, y convertidas en las auténticas adjudicadoras de obras, proyectos y servicios, supliendo así a los órganos consistoriales que establece la democracia.En todo este maremágnum de entramado económico en el que nos han puesto unos y otros, pero agravado por la falta de voluntad de cumplir con la obligación presupuestaria de Cenzano, hay que añadir las fuentes irregulares de financiación que encuentra el Ayuntamiento de Cuenca de entre algunas empresas de la construcción. Ya sabemos que la LOTAU es una ley en la que caben muchas posibilidades que facilitan estas cosas, pero sería poco serio por nuestra parte el ejercer una oposición en la que mirásemos a otro lado cuando se produce una maniobra como ésta del Ferial de Moneo, y su financiación por DAVECON.No se puede obviar que esta constructora es la beneficiaria de la recalificación que realizó el Ayuntamiento presidido por Martínez Cenzano, en los terrenos anejos al cauce del río Júcar, en el espacio conocido como "Club Serranía", y la alameda del Júcar.A ningún conquense se le escapa la complejidad legal que puede tener una recalificación de hectáreas de suelo, donde gran parte se encuentran al lado de un río que históricamente se ha destacado por sus grandes avenidas de agua, que se repiten con toda seguridad cada cierto tiempo.De acuerdo que técnicamente hoy en día es posible evitar elementos de riesgo; pero, seguramente, las medidas técnicas que se deben adoptar van a influir de forma definitiva en un paisaje que no se debe alterar bajo ningún concepto.Los conquenses tenemos la obligación de no dejarnos encantar una vez más por este tipo de manipulaciones de Cenzano, en las que algo ilusionante perturba la transparencia que se debe dar en el ejercicio de la función política.
IxC

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué extraño que nadie lea este blog...

Anónimo dijo...

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