jueves, 27 de noviembre de 2008

Articulo de Opinión. Espolique

Cristo laico

Como diría mi compadre Jose “se veía de venir”.
Primero desaparecieron los belenes de campos de serrín y casitas de corcho. Luego las fiestas de Navidad donde casi todos los niños de este país hemos figurado de pastorcillo con pelliza de suapel, garrota y boina. Hasta papá Noel, el gordo de rojo inventado por la Coca Cola, va ganando puestos en el corazón de los chiquillos a costa de los Reyes Magos.
También se esfumaron aquellas pequeñas procesiones que hacíamos en el patio de la escuela con barbis vestidas de Soledad y madelman coronados de espinas que luego paseábamos orgullosos sobre andas de cartón y horquillas de palo de escoba. Incluso se sacaban unas perrillas para la cera y los bocatas de mortadela en casa del señor Pablo.

Carnaval y Halloween ganan adeptos, no se si por ser fiestas más laicas que paganas o más paganas que laicas. Los críos se lo pasan tan bien que a mi no se me ocurriría molestarme por ver una clase decorada con aterradoras calabazas con una vela dentro. Ni se me caen los anillos cuando me cuentan mis hijos que han dedicado parte de su tiempo lectivo a hacer su disfraz de carnestolendas. Incluso no me ulcero porque el solsticio de verano haya suplantado las celebraciones de San Juan.

Trabajo en un hospital donde hasta el más ateo de los enfermos tiene ramilletes de estampitas de Vírgenes y santos en la cabecera de la cama. No las quitan ni los musulmanes…por si las moscas, supongo. Soy de esos que piden permiso al paciente para llamar al cura cuando acecha la parca. Pocos se han negado a recibir el consuelo de don Ángel aunque desde su primera comunión no hubieran hollado una iglesia.
Dicen que el espíritu de la logia inunda la vida española. Algunos sugieren que ZetaPé es masón. Bueno ¿y qué?. La declaración de Derechos Humanos y la de la Independencia norteamericana son producto de ideas que comparto aunque no extienda ni el pulgar ni el meñique. Por eso, con mayor motivo, me parece una solemne majadería el cristo –nunca mejor dicho- que se está montando por lo de los crucifijos en las aulas.
Antonio Melero Pita

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues tendrás razón, pero cada cosa es para lo que es, y las aulas de un estado laico no son para lanzar "mensajes subliminales" que favorezcan a una determinada confesión religiosa.

Dices que las camas de hospital tienen un ramillete de estampitas, y es cierto, pero no olvides que las va poniendo un señor (lo recuerdo desde hace más de 30 años) sin pedir permiso a nadie. Y, te puedo garantizar que mucha gente sí se molesta aunque no las quitan por vaguería o verguenza.

Con los hospitales pasa otro tanto como con las aulas: no son para adoctrinar.

Reconozco que el tema da para mucho, sobre todo en un país como el nuestro de rancia tradición católica, pero en los tiempos en los que estamos, con multitud de culturas conviviendo con la nuestra no podemos aferrarnos a la verdad de unos pocos amparándonos en "la tradición".