jueves, 28 de agosto de 2008

Las inundaciones del río Mamoré dejan sin agua potable a más de mil familias en Beni, Bolivia

Después de haber vivido una de las peores tragedias naturales, tras las inundaciones del río Mamoré, en la región de Beni, Bolivia, durante el pasado mes de febrero, las más de cincuenta comunidades indígenas asentadas sobre la ribera del río, principal afluente del Amazonas, han tenido que esperar más de cinco meses para que las aguas hayan bajado a su cauce normal y el terreno que estaba cubierto de lodo se haya secado lo suficiente para permitir que sus habitantes puedan regresar a lo que queda de sus hogares, completamente destrozados por las inundaciones.
La situación, en general, no ha mejorado, ya que después de haber tenido tanta agua en la zona ahora están sufriendo una terrible sequía. Les azotan epidemias de cólera, fiebre amarilla e infecciones al no disponer de agua potable.
El padre Maximiliano Noé de la Parroquia La Resurrección de la localidad de Trinidad, región del Beni, es un diocesano que lleva 14 años en Trinidad ayudando a los más necesitados y en estos momentos refleja una situación de emergencia en un lugar prácticamente olvidado por la Comunidad Internacional“En la actualidad, estamos buscando recursos para lograr dotar de pozos de agua a por lo menos 30 comunidades indígenas. Las condiciones para consumir agua de los ríos son insalubres, ya que estas están contaminadas y afectan enormemente a la salud de niños sobre todo que son los más vulnerables. Como Iglesia acompañamos a estos pueblos, pero no disponemos de los recursos económicos ni medios necesarios y suficientes para poder apoyarlos, por ello acudimos a la solidaridad de las personas y de las instituciones para conseguir que logren un mejor desarrollo en sus necesidades, en sus vidas, en sus familias y de esta manera puedan vivir dignamente.”
Las pérdidas en su rústica agricultura han sido devastadoras. Se han destrozado todos los cultivos y esto está afectando seriamente a la alimentación diaria de los habitantes de estas comunidades donde la mayoría de la población está compuesta por niños, madres embarazadas, lactantes y ancianos.
La región de Beni, considerada como el departamento ganadero más importante de Bolivia ha perdido alrededor de 4 millones de cabezas de ganado bovino como consecuencia de las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Mamoré.
Durante dos años consecutivos, estas familias han tenido que soportar las terribles inclemencias de la naturaleza, en el año 2007 el fenómeno del Niño y en el 2008 el fenómeno de la Niña, la acción más devastadora de los últimos doce años en la zona.
La delegación de Misiones del Obispado de Sigüenza, Guadalajara, ha habilitado una cuenta en Caja Madrid para la ayuda de los damnificados en Bolivia: 2038 4400 92 3003144072
Jorge Fernández/Marta Sanz

1 comentario:

MoliMetal (PP=PSOE) dijo...

A dios rogando, y el cazo llenando.

Como son tiempos de crisis, dad dinero a la iglesia. Os venderán la moto con los bolivianos y los curas tendrán sus iglesias llenas de RELUCIENTE ORO.

Hipócritas católicos