El extremeño Antonio Ferrera ha cortado dos orejas y salido a hombros en el último festejo de la Feria de San Julián en Cuenca, donde se ha lidiado una buena corrida en conjunto de Victorino Martín, con ejemplares muy encastados y tres toros de gran nota, como segundo, cuarto y, sobre todo, el sexto.
Ferrera sorteó en primer turno un toro noble y repetidor, con el que protagonizó una buena faena, con temple y asiento por ambos pitones. Variado de salida, el sin embargo falló con la espada. El quinto fue un toro encastado aunque hizo algún amago de rajarse, y Ferrera lo cuajó de capote y protagonizó un espectacular tercio de banderillas, con la plaza volcada tras cuatro pares.
La faena de muleta comenzó bien, asentado el torero con el toro. Cuando el animal amenazó con rajarse, Ferrera puso todo de su parte, lo que unido a la estocada le valió para cortar dos orejas.
Uceda Leal sorteó un primero que se quedó cada vez más corto, con el que el madrileño no terminó de confiarse. El cuarto fue un toro noble, repetidor y con mucha clase, humillando siempre, con el que Uceda sacó series pulcras, templadas y de buen concepto, aunque antes de rematar con la espada pinchó una vez.
No redondeó Sánchez Vara con el tercero, un toro áspero y pegajoso por gazapón, con el que la faena no tomó vuelo. Sí lo hizo con el sexto, el toro de la tarde, un ejemplar bravo, que empujó en el caballo y después se vino humillado y fijo en la muleta, con transmisión y raza,con el que Sánchez Vara puso ganas y consiguió momentos templados e importantes, paseando una oreja.
Ferrera sorteó en primer turno un toro noble y repetidor, con el que protagonizó una buena faena, con temple y asiento por ambos pitones. Variado de salida, el sin embargo falló con la espada. El quinto fue un toro encastado aunque hizo algún amago de rajarse, y Ferrera lo cuajó de capote y protagonizó un espectacular tercio de banderillas, con la plaza volcada tras cuatro pares.
La faena de muleta comenzó bien, asentado el torero con el toro. Cuando el animal amenazó con rajarse, Ferrera puso todo de su parte, lo que unido a la estocada le valió para cortar dos orejas.
Uceda Leal sorteó un primero que se quedó cada vez más corto, con el que el madrileño no terminó de confiarse. El cuarto fue un toro noble, repetidor y con mucha clase, humillando siempre, con el que Uceda sacó series pulcras, templadas y de buen concepto, aunque antes de rematar con la espada pinchó una vez.
No redondeó Sánchez Vara con el tercero, un toro áspero y pegajoso por gazapón, con el que la faena no tomó vuelo. Sí lo hizo con el sexto, el toro de la tarde, un ejemplar bravo, que empujó en el caballo y después se vino humillado y fijo en la muleta, con transmisión y raza,con el que Sánchez Vara puso ganas y consiguió momentos templados e importantes, paseando una oreja.
Burladero.com
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