jueves, 14 de agosto de 2008

La familia Lozano de la Pola inaugura la exposición de la tercera donación de su colección en Tarancón

El concejal de Cultura inauguró ayer la exposición de parte de la tercera donación de la colección que la familia Lozano de la Pola ha realizado al pueblo de Tarancón de los cuadros de Emiliano Lozano, cuya sala municipal está en la calle Zapatería. “He dicho muchas veces que no me cansaré nunca de agradecerles lo que están haciendo por la cultura de Tarancón y, por tanto, por todos los taranconeros. Falta todavía una cuarta parte, en este espacio estamos ya un poco estrechos porque van a ser 300 obras las que van a componer la colección en su totalidad. Estamos estudiando la posibilidad de tener toda la obra junta, el Alcalde está realizando ya algunas gestiones, pero va a resultar difícil por el sitio en el que queremos ubicar la colección”, explicó José Antonio Magro.
El próximo año, en 2009, se celebra el centenario del nacimiento del pintor Lozano, “Probablemente el tronco principal será en el otoño del año que viene, aunque durante el verano y en fiestas también haremos algo”.
La exposición actual está compuesta por fondos permanentes, recoge una parte de cada una de las facetas del pintor: retratos, bodegones, costumbrismo, etcétera. Durante los cuatro años que durará la donación, en la pared frontal se irán renovando las obras. En primer lugar se cedieron 110 obras generalistas; en segundo, 70 trabajos académicos y carteles publicitarios y; en tercero, otros 70 bodegones y retratos; el año que viene se entregarán unas 70 obras de costumbrismo y paisajes taranconeros, en total, cerca de 325 obras. Las pinturas con mayor valor sentimental para el hijo del fallecido artista son “Los retratos de mis padres y de mis hijas”, dice Josemi Lozano, que se pueden ver en la citada sala municipal de la calle Zapatería.
Entre las pinturas destaca el autorretrato realizado por Emiliano Lozano, que preside la sala. “Representa una madurez en la que mi padre, aparte de haber experimentado muchísimas técnicas, se decide por un estilo muy vanguardista, vuelve a recoger la vanguardia que utilizó en el año 30 en Valencia, fuera de cualquier academicismo”.
El mayor valor del arte de Lozano es, a juicio de su hijo, “Llevar la caricatura al óleo. Si os dais cuenta, la mayoría de las obras costumbristas son caricaturas”. Esto es aún más significativo al “Pensar que Emiliano Lozano, que vivió al final toda su vida en Tarancón, pero su desarrollo formativo en la escuela de San Carlos en Valencia, perteneció a las vanguardias valencianas. Es impresionante ver el cuadro del Boleo, por ejemplo, que está hecho en el año 30”.

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