martes, 22 de abril de 2008

Expertos abordan la importancia de la lectura en la adolescencia

En torno a 60 personas, entre docentes y bibliotecarios, se han dado cita en la II Jornada de Reflexión sobre la Lectura, que se ha desarrollado en la mañana de hoy en el marco de la Feria del Libro y la Lectura de Castilla-La Mancha. Se trata, pues, de la segunda edición de una iniciativa que, según Consuelo García, responsable de la Sección del Libro de la JCCM en Cuenca y organizadora de la feria, promueve el papel de estos profesionales en la promoción de la lectura, tanto desde las escuelas como desde las bibliotecas.
La inauguración del seminario ha corrido a cargo del director general de Libros, Archivos y Bibliotecas, Luis Martínez García, quien ha asegurado que “la lectura es un elemento clave y fundamental dentro de lo que consideramos el amplio sector del libro”. Con ello quiere incluir, ha dicho, a los profesionales de las bibliotecas y a los agentes culturales específicos, como editores, autores, libreros y creadores; pero también a la ciudadanía en general, porque “no podemos olvidar que la lectura tiene un objetivo lógico, que es incidir en la sociedad”.
Ha subrayado Martínez García que esta sociedad “es cada vez más amplia y parece más global, aunque cada vez es más diversa”, no solamente en cuanto a edad, sino también en cuanto a otros aspectos: inmigrantes, personas con discapacidad, gente en prisión… “Es decir, gente a la que también tenemos una obligación de llevar la lectura”, ha apuntado.
En este marco ha destacado el papel de las instituciones públicas, que deben intervenir en la promoción de la lectura, “no tanto para leer como para que cualquiera pueda leer como opción personal cuando quiera”. En el caso concreto de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el objetivo es llegar a la totalidad de la población, algo cada vez más cercano ya que “hoy en día llegamos al 98’5 por ciento de la región”.
Pero la dificultad, ha dicho, recae en llegar hasta aquellos núcleos que quizá están más dispersos, para lo cual hay que plantearse qué recursos e instrumentos utilizar. La forma de hacerlo, ha asegurado el director general, es a través de la transversalidad, pues “no puede ser sólo la cultura la que fomente la lectura, sino que es algo mucho más amplio, que abarca a la educación, a la sociedad de la información, a las nuevas tecnologías, al bienestar social, a la sanidad, a las instituciones penitenciarias…”.

LOS ADOLESCENTES, LOS QUE MÁS LEEN
Hilario Hernández Sánchez, director del Centro de Desarrollo Sociocultural de Peñaranda de Bracamonte, una de las sedes de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, y el investigador y filósofo Santiago Alba Rico, han sido los protagonistas de la jornada, junto con los ponentes que han presentado las experiencias en el ámbito de la lectura tanto en bibliotecas como en centros educativos, en un acto en el que también ha estado presente el delegado de la Junta de Comunidades de C-LM en Cuenca, Ángel Valiente.
Hernández ha destacado en su intervención, que versaba en torno a ‘La lectura y los adolescentes’, que “los hábitos de estudio y de lectura se crean y se consolidan en la infancia y en la adolescencia, siendo este último un periodo en el que hay un cambio fundamental en la relación con la lectura: pasan de leer lo que les dan sus padres y sus profesores a comenzar a leer por decisión propia”. De esa manera se da el paso desde la lectura por obligación a la lectura por entretenimiento, por ocio y por interés.
Ha resaltado este responsable que, si bien antes no existían muchos estudios con respecto a los hábitos lectores en la adolescencia, cada vez hay más y, de hecho, han servido para remover un poco algunos de los tópicos existentes, como el de que jóvenes cada vez leen menos e incluso que apenas leen. “Al contrario, leen más; nunca han leído tanto los adolescentes en estos momentos que en otras épocas de la Historia en España”, ha subrayado, especificando que “otra cosa es que no creamos que leen lo suficiente o que los hábitos de lectura no son tan sólidos como para perdurar en el tiempo”.
De hecho, Hernández Sánchez ha asegurado que los lectores son el sector de la población que más lee, hasta el punto de que “la lectura con la edad tiene una asociación de correlación totalmente inversa: según se avanza en edad, se reducen drásticamente los hábitos de lectura”.

LEER CON NIÑOS
Por su parte, Santiago Alba Rico ha expresado su preocupación frente a los factores estructurales, económicos y tecnológicos que, en su opinión, están minando las condiciones para la difusión y la recepción de la lectura. La reflexión se basa, ha explicado, en “la falta de tiempo existente en una sociedad que unos llaman hiperindustrial, otros globalizada y otros capitalista, en la cual el lugar central y emblemático ya no es la plaza, donde se reúnen los vecinos de una ciudad ni el fuego en torno al que se reunía la familia, sino que es el pasillo, en el cual hay una circulación ininterrumpida de mercancías y de imágenes”.
Así, lo que son las narraciones, “la concatenación de hechos que se pueden recordar”, están amenazadas “por una combinación de economía y tecnología que prohíbe estructuralmente la lentitud, la atención, una mirada detenida sobre las cosas”. Por ello, ha reiterado, en un mundo así los libros están seriamente amenazados, pues han sido superados como soporte tecnológico.
Alba Rico ha especificado que, aunque el problema es la falta de tiempo, en realidad se trata de algo paradójico, puesto que si el español medio dedica tres horas de cada jornada a ver la televisión, entonces es que “es más bien que hemos acabado por conectar nuestra vida en una especie de hemodiálisis permanente a contadores de tiempo, no contadores de acontecimientos, frente a los cuales somos enteramente pasivos”.

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