jueves, 24 de abril de 2008

Cenzano reivindica la ternura en su último poemario, "Elogio de la ternura"

Asegura que es un libro más elaborado que el anterior y menos oscuro, en el que refleja por un lado la profundidad de este sentimiento en el amor y, por otro, cómo puede surgir en medio de una batalla, un mal que, dice, se debe “a la codicia de las personas”.
José Manuel Martínez Cenzano, que en la actualidad ostenta el cargo de Defensor del Pueblo, ha mostrado en la presentación de su tercer libro, aunque segundo poemario, ‘Elogio de la ternura’, su imagen más humana. Una obra que ha ido elaborando a lo largo de los últimos años y con cuyo resultado ha quedado muy satisfecho.
Se trata de un conjunto de poesías que “están ancladas profundamente a mis sentimientos, a mi manera de ver la vida, a mi forma de denunciar lo que creo que es denunciable, a la forma de alabar lo que creo que debe ser alabado”. Además, según ha añadido el autor, la obra “es una reivindicación de algo que a las personas, sobre todo a los hombres, nos da vergüenza confesar, y es que la ternura es un arma cargada de felicidad”.
Pese a todo, ha explicado que la ternura puede tener dos planos, “como casi todo en la vida”, estando por un lado la ternura superficial y por otro la ternura profunda, que es la que, dice Martínez Cenzano, “sobre todo reivindico”. Así, la primera de estas concepciones “es como ese bálsamo, esa gota de miel, ese elemento que lubrica las relaciones y que por tanto puede dar lugar a la dicha en un momento determinado”, mientras que la ternura profunda “es esa que está bien trabada, que está trabajada con mimo, que hace del barro excelencia y que, en definitiva, es una ternura fértil, a través de la que se alumbran los hijos, se reconoce el pasado, se matiza la Historia y se tienen también sentimientos de futuro”.

CONDENA A LA CODICIA
Mientras lo comentado hasta ahora conforma la primera parte de ‘Elogio de la ternura’, cabe señalar que la obra cuenta con una segunda parte que recoge doce poemas sobre la guerra que “en realidad es una reflexión muy desabrida, muy enérgica, de condena a la codicia, porque soy de los que mantienen la tesis y la idea de que no hay más guerra que las que se producen como consecuencia de la codicia de las personas”, ha argumentado su creador.
Pese a todo, Martínez Cenzano relaciona la guerra con las relaciones personales y humanas, analizando la ternura que se genera en las batallas. De esta manera, el libro finaliza con un poema que es muy duro, asegura el autor, “en el que un hombre recoge en sus brazos la muerte de un compañero en batalla”.
Aún así, afirma que no es un libro desesperanzado porque “a fin de cuentas, cuando algo se elogia, es porque uno cree que aquello que se elogia es un arma que puede, como la poesía en general, estar cargada de felicidad”.

UN LARGO DEVENIR
Martínez Cenzano ha explicado que algunas de las poesías que componen este trabajo tienen ya bastantes años y estaban escritas incluso cuando presentó su anterior poemario, ‘Qué hiciste amor del tiempo’, aunque la mayoría se escribieron después, especialmente las últimas, que son las más recientes. Sobre estos versos dice que “son probablemente los más elaborados, los menos espontáneos, pero también los que tienen más carga de profundidad”.
Algunos incluso fueron escritos el pasado verano, “cuando ya no tenía la presión de la inmediatez, de rendir cuentas por el trabajo público que estaba haciendo”, en referencia a su anterior responsabilidad como alcalde de Cuenca.
Esto diferencia, precisamente, a ‘Elogio de la ternura’ de ‘Qué hiciste amor del tiempo’, puesto que éste “fue un borbotón, una erupción que me apetecía que quedase impresa en negro sobre blanco”. Por el contrario, este último “es más elaborado, menos oscuro y por tanto yo creo que más próximo al lector”.

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