jueves, 3 de enero de 2008

El PSOE de Cuenca denuncia la transformación de la Plaza Mayor a Parking durante la noche

A nadie se le escapa que Cuenca es una ciudad muy hermosa, por algo está incluida en ese selecto catálogo de ciudades Patrimonio de la Humanidad. Y es que Cuenca se ha ido forjando a lo largo de los siglos en una orografía peculiar, y en un callejero labrado por la mano del ser humano desde el medievo. Cuenca es una ciudad en la que pasear supone un auténtico placer para los sentidos. Pregúnteselo si no a las miles de personas que cada año nos visitan para recorrer sus calles y plazas, ensimismarse ante sus hoces, aprender con su patrimonio artístico… en fin, que les voy a contar…
Todos recordamos aquel eslogan que rezaba “Cuenca es Única”. Frase nada exagerada. Hace poco tiempo Gustavo Torner, en la presentación del logotipo de Cuenca Capital Europea de la Cultura 2016, nos decía algo que, si bien era obvio, no está demás recordarlo: Cuenca es la única ciudad de España en la que se puede admirar su catedral a través de los árboles del campo. Es más, desde cualquier lugar de la Hoz del Huécar se puede contemplar nuestro más emblemático edificio histórico perfectamente integrado en la naturaleza. Pero la singularidad de Cuenca es algo más. Por desgracia, nuestra ciudad es la única de toda España, y quizá del mundo, en la que se puede aparcar en la misma puerta de su Catedral (declarada Monumento Nacional en 1902). En Cuenca, los fines de semana por la noche, cualquiera puede estacionar su vehículo -sin ningún problema y sin reprimenda alguna por parte de la autoridad local competente- en las mismísimas escaleras de acceso a la Catedral gracias al nuevo rumbo que ha querido dar el equipo de gobierno del alcalde Pulido a la regulación del tráfico en el Casco. Nuestra Plaza Mayor se asemeja más a un gran aparcamiento público, caóticamente atestado de coches sin orden ni concierto, que a ese lugar encantador en el que conquenses y visitantes puedan disfrutar de un paseo nocturno con parada obligada.
A través de estas líneas invito a todas las ciudadanas y ciudadanos de Cuenca a que se acerquen cualquier fin de semana por la noche a la Plaza Mayor. Quizá los que en su día fueron críticos con los bolardos, comprendan ahora su verdadero sentido, al margen de cualquier debate o discusión sobre si eran la mejor de las alternativas para evitar el aparcamiento libre e indiscriminado en nuestra Plaza Mayor.
Considero que es una vergüenza para una ciudad Patrimonio de la Humanidad y que aspira a ser capital cultural europea en 2016 que la parte más visible de la misma, la parte por la que todo visitante transita, se encuentre a rebosar de vehículos mal aparcados, y todo avalado por la permisividad municipal.
Hace unos meses aparecieron unas declaraciones de la concejala de turismo en que mencionaba lo que para ella eran logros en su área; destacaba la iluminación diaria de las Hoces para atraer más turismo y desestacionalizarlo. Yo le pregunto ¿acaso la imagen de una Plaza Mayor repleta de vehículos mal aparcados potencia turísticamente a Cuenca? Me temo que no, que la imagen que se lleva el visitante es pésima.
El Grupo Municipal Socialista preveía lo que al final está pasando y por ello formuló una pregunta en el Pleno del día 5 de septiembre (es decir 12 días antes de la retirada de los bolardo) en la que solicitaba la opinión al respecto del equipo de gobierno, sobre la existencia de informes técnicos que avalaran tal medida, las medidas a tomar con el aparcamiento las 24 horas del día, los planes de emergencia para edificios aledaños en caso de catástrofe, etc… Las respuestas fueron, a mi entender, peregrinas y poco profundas no aclarando los puntos que les interesaba no aclarar y contradiciéndose en otros con respecto a su política municipal, llegando a decir, y cito literalmente: “La vigilancia [en la Plaza Mayor] se produce con agentes de movilidad y policía municipal en un horario similar al que se venía teniendo, incrementándose algo más los fines de semana. El resto del tiempo tendrá la misma consideración que cualquier otra zona de la ciudad donde esté prohibido aparcar”. Sr. Alcalde, que se intensifique la vigilancia durante los fines de semana será mientras brilla el sol porque al retirarse los vehículos mal aparcados brotan por generación espontánea. Más preocupante es la afirmación de que se tendrá la misma consideración que en otros lugares de la ciudad en donde esté prohibido aparcar, debe ser que Cuenca por la noche es una ciudad sin ley de tráfico, en donde cada uno podemos aparcar donde nos dé la gana. Ya saben, señores conductores, este equipo de gobierno nos deja aparcar en donde queramos.
La permisividad municipal en el aparcamiento no sólo influye en el tráfico y en la imagen que se llevan de Cuenca nuestros visitantes, esta situación tiene otros efectos colaterales como que el buho suba en casi todos los viajes vacío con el consiguiente gasto para el Consistorio ¿para qué voy a coger el autobús si puedo aparcar en la misma Plaza Mayor? O ¿para qué me voy a gastar el dinero en el parking si puedo aparcar sin gasto alguno e impunemente en una zona prohibida? Si, el parking de Mangana es otro que está sufriendo los efectos de la permisividad, y aquí estamos hablando de puestos de trabajo.
El colmo del surrealismo al respecto se produjo el fin de semana del 9 al 11 de noviembre en que por la noche se encontraba cortada al tráfico Carretería con la excusa de las medidas del equipo de gobierno sobre la movilidad mientras que la Plaza Mayor (Patrimonio de la Humanidad y rodeada de Bienes de Interés Cultural, por si alguno no lo sabe) se hallaba atestada de coches. Esto si que es trabajar por la sustitución de los coches por otros métodos alternativos de transporte.
Pero hay algo más, y es el privilegio que tienen algunos ciudadanos de aparcar donde les plazca. Un ciudadano que sube a la Plaza Mayor a pasar sus ratos de ocio tiene derecho a aparcar las horas que hagan falta donde pueda meter el vehículo, esté o no prohibido, mientras que un ciudadano, vecino de la zona, para descargar la compra semanal y para descargar el carrito del bebé deberá de aparcar a cientos de metros de su residencia y si lo hace en la Plaza Mayor lo hará por unos minutos para luego dejar el coche bien aparcado en otro lugar. No es justo, no. No es justo que se prime el esparcimiento de unos y se penalice a los que realmente viven y mantienen el Casco Antiguo, o aparcamos todos o no aparca nadie.
Solucionar el problema del aparcamiento nocturno en la Plaza Mayor, es tan simple como aplicar la legislación. Sé de los recursos limitados de la Policía Local, pero también sé que el Ayuntamiento dispone de una cámara web enfocando a la Plaza Mayor y que desde cualquier rincón del mundo podemos ver en tiempo real el devenir de la misma, es tan fácil como que los agentes de la Policía Local visualicen esa cámara y cuando vean un vehículo mal estacionado acudan a aplicar la ley, en cuanto se hicieran unas denuncias correría la voz y pronto se dejaría de aparcar, ya saben el dicho: cuando las barbas de tu vecino veas cortar…
Por último, para que comprueben que mis palabras no son una pataleta de un concejal de la oposición les adjunto varias fotografías en las que se apoyan mis palabras, corresponden a cualquier fin de semana por la noche del mes de noviembre o diciembre.

Ramón Pérez Tornero

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menos denunciar, y mas preguntar a los vecinos, xq los vecinos si q denunciaron que Cenzano pusiera tanto bolardo en la plaza, y no hicieron ni caso.