Martínez Cenzano quiere acercar la oficina del Defensor al ciudadano

TERESA ROLDÁN / La Tribuna de Albacete

José Manuel Martínez Cenzano llegaba ayer por la mañana a su nuevo destino profesional, la oficina del Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha, una institución que quiere empiece a ser más conocida por la sociedad albaceteña y castellano-manchega, y que su gestión mejore la calidad de vida y la convivencia de todos los ciudadanos.A caba, por tanto, de empezar a tomar contacto y a recibir información sobre la arquitectura tanto física como de las personas que integran el equipo humano de la institución. A Martínez Cenzano le ha impresionado la calidad del edificio que alberga la oficina del Defensor del Pueblo, calificando de sobresaliente la rehabilitación que se hizo en su momento de la Casa Perona.Cuando finalizó su primera jornada de trabajo como defensor del pueblo de Castilla-La Mancha, José Manuel Martínez Cenzano tuvo oportunidad de recorrer el centro de la ciudad, que igualmente le sorprendió por su hermosura, una ciudad agregó que «ha crecido de una manera vertiginosa, al tiempo que ponderada y ordenada, y en la que he empezado a sentirme muy a gusto».

Objetivos.

Sobre la institución en la que ya ha empezado a trabajar, la oficina del Defensor del Pueblo de Castilla-La Mancha, afirma que «si bien es una institución joven, pero como los árboles bien plantados ha crecido de manera saludable».De hecho, una de las cosas que le ha sorprendido gratamente es el hecho de que hayan sido los propios asesores y la gente que trabaja en la institución «los que elaboran todos los estudios e informes que se han hecho, algunos de ellos en trámite parlamentario, otros en avanzado estado de elaboración que se podrán presentar a la mesa de las Cortes en un plazo no demasiado largo, a lo largo de los primeros meses de 2008». En su mayoría son asuntos, apuntó el defensor del pueblo de Castilla-La Mancha, «que afectan a cuestiones que están en la base de lo que es el estado del bienestar y lo que significa la garantía de los más débiles».retos. El reto por tanto ahora de la institución, para su máximo responsable no es otro que mantener todos aquellos aspectos «que la casa tiene asumidos como consecuciones importantes y en todo caso explorar las debilidades que puedan existir». Un reto, que Martínez Cenzano asume con una gran responsabilidad y una dedicación exclusiva, dado que anunció su intención de fijar su residencia, junto a su mujer, Pilar, en Albacete, donde tras pasar estas fiestas navideñas van a alquilar una vivienda, porque aseguró que «en mi familia siempre hemos adoptado la máxima de que mientras se pueda uno tiene que dormir donde trabaja, algo que libera de tensiones y mejora la convivencia».Y es que, en opinión de Martínez Cenzano en la vida política, y lo dice alguien que lleva 25 años en la misma, «se vive en un estado permanente de ansiedad». El defensor del pueblo de Castilla-La Mancha se propone como novedad al frente de la institución hacer llegar a los ciudadanos el mensaje de que «la oficina del Defensor del Pueblo no es solamente un buzón para recibir quejas y un emisor de respuestas, que pueden ser satisfactorias o frustrantes, y de recomendaciones a las administraciones para que mejoren su status de relación con las personas; sino que además la institución está para hacer informes y estudios de interés por ejemplo sobre el estado de las prisiones de la comunidad autónoma o sobre el estado de los centros de atención a personas mayores».Para el nuevo defensor del pueblo de la región «somos una institución más dentro del entramado institucional y nuestro trabajo lo tenemos que hacer con neutralidad, pero con una gran exigencia y compromiso».El hecho de que la institución sea altamente valorada por los ciudadanos es fruto, a su juicio, «del trabajo bien hecho de un equipo humano, que son unos enamorados del derecho de las personas». Al alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell, con quien comparte una gran amistad, Martínez Cenzano deseó en su nueva responsabilidad que siga siendo la misma persona profunda y cariñosa de siempre, «amigo de sus amigos».