
En primer lugar se han descrito los hechos para demostrar que no fue algo aislado, sino un ataque a las sedes de la prensa independiente que había en ese momento en Bagdad, explica Couso. También se ha analizado el periodismo de guerra a lo largo de la historia, así como “el intento de coartar la libertad de información, sobre todo centrado en el ejército de EEUU”. Finalmente se proyectó un documental elaborado por “Chanel 4” sobre la situación de las mujeres tras la guerra de Irak, que han perdido la mayoría de los derechos.
La familia de José Couso está luchando desde su fallecimiento para que se reconozcan públicamente las verdaderas circunstancias de lo que consideran que ha sido “un asesinato” y no “daños colaterales”, como se calificó entonces. “Estamos hablando para ir el próximo año al Parlamento europeo para exigir un poco de firmeza y que se nos respete”, para que se juzgue a los criminales de guerra porque “Con impunidad no puede haber democracia”, concluye Javier Couso.
En la memoria colectiva sigue habiendo un hueco para el cámara de Telecinco, en este sentido la familia se siente muy apoyada por muchas personas, “Es sorprendente y alentador”. Lo mismo ocurre con los trabajadores de la prensa, de los que tienen toda su solidaridad, no ocurre lo mismo con las empresas periodísticas, asegura Couso. Y es que se da el caso de verdaderas industrias de la información como la Agencia internacional Reuters, que tiene más de 10 empleados muertos en Irak, la mayoría asesinados por tropas estadounidenses, asegura Couso, pero no hay ninguna queja seria al respecto.
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