domingo, 2 de septiembre de 2007

CEOE CEPYME CUENCA ABOGA POR LA EXCELENCIA EN SEGURIDAD Y SALUD LABORAL

La Confederación de Empresarios de Cuenca CEOE CEPYME ha detectado que en los últimos años, las empresas se han preocupado por situarse en el camino de la excelencia, por lo que sus directivos han optado por diversos modelos de trabajo que les permitan alcanzarla. Esta situación se ha visto reflejada en la evolución histórica desde el control de calidad iniciado en la década de los 40 hacia los modelos actuales como el Modelo Europeo de Excelencia. Sin embargo, dentro de estos procesos, donde el trabajador es básico para conseguir la excelencia, no se han tenido en cuenta sus condiciones de trabajo y su seguridad y salud de forma significativa.
Para CEOE CEPYME, conseguir la excelencia preventiva es orientar la organización hacia la consecución de condiciones de trabajo adecuadas en un proceso de mejora continua, independientemente de la herramienta utilizada para su consecución, pero teniendo en cuenta que la excelencia nunca se alcanza, simplemente se consigue estar orientado hacia ella.
Las empresas están constituidas por tres sistemas interrelacionados entres sí: el tecnológico, el de gestión y el humano. El primero está constituido por los lugares, los equipos de trabajo, y los procesos configurados para la producción que siguen una causalidad lineal causa-efecto, en la cual podemos predecir los resultados del acción preventiva controlando determinadas variables. El segundo, de gestión, es el conjunto de métodos y procedimientos, prácticas, organización que utiliza la empresa para su funcionamiento. Por último, el sistema humano, formado por un conjunto de procesos que emergen de las personas y grupos, se rige por cualidades basadas en leyes probabilísticas, en la mayoría de los casos, con muy baja probabilidad de previsión.
Anteriormente, las organizaciones y empresas han basado su política de seguridad y salud en eliminar la posible exposición al riesgo mediante la interposición de elementos mecánicos entre el trabajador y el peligro con la creencia de que si la empresa implanta las adecuadas medidas técnicas no tienen por qué existir accidentes de trabajo. Este aspecto se ha visto reforzado al considerarse elemento sustancial de esta política que todo trabajador debería autocontrolarse pues “está protegiendo su propia vida”, por lo que ante situaciones de riesgo debe actuar de forma analítica y lógica.
Pero todo esto no acaba aquí, estas políticas han fracasado y se ha ido generando una necesidad de analizar otros aspectos empresariales que se han basado en la gestión, pretendiendo integrar una cierta conciencia de seguridad y salud en la organización.
No obstante, los trabajadores tienden a resistirse a este autocontrol por parte de las empresas, que aun envuelto en nuevas teorías de gestión, no se diferencia en exceso de los conceptos tradicionales, eso sí, introduciendo como aspecto clave la documentación del cumplimiento e incumplimiento de las órdenes establecidas.
Es esta resistencia al control la que hace que en muchos casos, adecuados sistemas de gestión de la prevención no consigan los resultados esperados.
Cuando nuestras empresas buscan la excelencia empresarial en materia de prevención, deben tener en cuenta tres factores: la técnica preventiva, la gestión de la prevención y la cultura preventiva existente en la empresa. En consecuencia, las empresas sólo alcanzarán la excelencia en prevención cuando las actuaciones confluyan entre sí.
En materia de prevención se divide la organización en tres grupos claramente diferenciados: los trabajadores, la dirección y los técnicos de prevención.
Los trabajadores son un elemento esencial en la organización y son básicos para la prevención en la asimilación de la cultura de la empresa.
Pero es la dirección debe ser la principal impulsora de la cultura de la empresa, la creación de los valores que la empresa considera básicos en materia de prevención debe ser impulsada por la dirección, de una forma compartida y dirigida. Por esto, la cultura preventiva de la empresa está gráficamente en contacto con la dirección de la empresa y los trabajadores.
En cuanto a los técnicos de prevención, éstos han de ser los encargados de diseñar las medidas técnicas de la empresa en prevención. Deben tomar medidas que no son simplemente la colocación de barreras entre el riesgo y el trabajador, deben incluir el diseño de los procesos tecnológicos, las medidas organizativas dentro del proceso productivo que actúen sobre los riesgos, los factores psicosociales y demás situaciones que puedan afectar a la seguridad y salud del trabajador.
A su vez, los trabajadores deben utilizar las medidas preventivas diseñadas técnicamente por los técnicos de prevención, ya que no sólo es importante disponer de las medidas, sino también que éstas deben ser utilizadas adecuadamente.
Es importante destacar que, para que las medidas preventivas sean utilizadas, la cultura de la empresa tiene que fomentar este aspecto; de ahí que la concurrencia de la cultura en prevención y la técnica representa la motivación existente en los trabajadores para el uso racional de las medidas de protección sin necesidad de la creación de un estado de control, es decir, la motivación genera el autocontrol.

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