Una delegación de Izquierda Unida de Cuenca mantuvo en la tarde el miércoles un encuentro con miembros de la Junta Directiva de la Asociación de Vecinos de Tiradores Bajos, encabezada por su presidenta, Angustias de la Cruz, continuando con la serie de reuniones que esta fuerza política está celebrando con las diferentes organizaciones, asociaciones y colectivos de la ciudad, de cara a ir recogiendo sus propuestas y demandas. Concretamente en la reunión de Izquierda Unida con la Asociación de Vecinos se hizo también un balance y valoración de la situación actual de este barrio de la capital conquense, llegándose a la conclusión de que se encuentra en un claro abandono por parte del Ayuntamiento, quejándose los representantes vecinales de que no se atienden sus demandas que dada las carencias del barrio son contínuas, aunque no reciben nada más que buenas palabras. La falta de aparcamiento en el barrio, que ocasiona que las aceras estén prácticamente invadidas por los coches, como pudieron comprobar in situ los representantes de Izquierda Unida, es una de las primeras cuestiones que se abordaron en la reunión con los vecinos de Tiradores Bajos, y que éstos hace tiempo han planteado una posible y fácil solución en lo que se conoce como la “Era de Patiño”, evitándose parcialmente los grandes problemas que ocasiona a los residentes el poder aparcar los vehículos. Pero también se pusieron sobre la mesa otras alusiones sobre las dificultades y la falta de soluciones a la hora de acceder al barrio, ya de por si peculiares dada la orografía de la zona donde está ubicada esta barriada. La ausencia de zonas de equipamientos y espacios dotacionales es otra de las carencias básicas que sufren los vecinos de Tiradores, agravándose con la propuesta del Plan de Rehabilitación del barrio que llevo a los representantes vecinales a expresar públicamente sus denuncias, que también se enfocaron hacia la imposibilidad de construir en altura, lo que tras arduas negociaciones se consiguió que se modificasen las pretensiones iniciales. En este sentido el portavoz de la Asamblea local de IU, Angel Luis Castellano Bobillo, que encabezaba la delegación de la formación política, se preguntaba donde están los 36 millones de euros que el Plan de Rehabilitación, financiado por el gobierno estatal y regional y cogestionado con el Real Patronato de Cuenca, tenia previsto destinar a los barrios de Tiradores y San Antón. Concretamente al de Tiradores afectaba a 28 calles y 974 viviendas. “Casi 6000 millones de las antiguas pesetas es una cantidad muy importante que no vemos la repercusión que ha tenido en el barrio, como se dije constantemente desde la Junta de Comunidades, y que los vecinos tampoco ven sus resultados”, dijo Castellano Bobillo. Éste añadió al respecto que “el Plan de Rehabilitación se anunció primero en el 2003, dentro del Plan de Vivienda 2002-2005, se repitió lo mismo en enero de 2006, incluyéndose en el Plan de Vivienda 2005-2008, y son capaces de seguir haciendo propaganda con sucesivos Planes, y mientras tanto el tiempo pasa, las promesas caen en saco roto y los beneficios del Plan no llegan al barrio” Un barrio, “atrapado” entre dos enfoques y desarrollos urbanos diferentes, uno anterior a Tiradores, el Casco Antiguo, para el que se sigue incidiendo en la necesidad de respetarlo, mejorarlo y potenciarlo, y otro, Villarromán IV, que va a suponer una presión demográfica y constructiva para este barrio y para la ciudad entera, consecuencia de un crecimiento urbanístico lineal e insostenible, para el que ya parece que sus “responsables” han ideado una “salida”, en forma de tunel por el cerro Socorro hasta la fuente de Porland y que traerá, como coincidieron los representantes vecinales y de Izquierda Unida, consecuencias negativas. Por último, problemas cotidianos de la red de alumbrado, del cableado y de la falta de contenedores de papel y vidrio, fueron también abordados en la reunión, que concluyó con una aseveración conjunta: “que no se haga de la miseria tradición”, para reflejar el riesgo de que los planes urbanisticos municipales y las decisiones políticas relegen a este humilde barrio de trabajadores, a una situación cuasi marginal ; por que una cosa es respetar la idiosincrasia y características tradicionales del barrio y otra muy distinta “congelarlo en el tiempo” mientras la ciudad avanza y progresa.
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