El pintor, que expuso junto a Picasso, vivió exiliado la mayor parte de su vida
Desde mañana, 9 de febrero y hasta el próximo 31 de marzo, podrá visitarse en la Casa Zavala la exposición “Julián Pacheco y el exilio cultural”, organizada por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en colaboración con el Patronato Martínez Guerricabeitia de la Universidad de Valencia. Una muestra que dará a conocer la obra de Julián Pacheco, pintor que, como tantos otros, vivió exiliado de España durante la época franquista y sobre cuya obra hay un desconocimiento generalizado por dicho motivo.La Universidad de Castilla-La Mancha ha preparado la exposición Julián Pacheco y el exilio cultural, en colaboración con el Patronato Martínez Guerricabeitia de la Universidad de Valencia, para dar a conocer la obra de Julián Pacheco (1937-2000); un pintor que, como tantos otros, vivió exiliado de España durante la época franquista y sobre cuya obra hay un desconocimiento generalizado por dicho motivo. Y todo ello, habiendo expuesto junto con Picasso, Óscar Domínguez, Julio González, Tàpies, Canogar, Miralles o Saura. Julián Pacheco y el exilio cultural, que podrá contemplarse entre el 9 de febrero y el 31 de marzo en la Casa Zavala de la Fundación Antonio Saura, está compuesta por un total de 43 lienzos, la mayoría de la colección Canzio Bogarelli, aunque también hay cuadros del propio Patronato Martínez Guerricabeitia, de la Universidad de Castilla-La Mancha y de otras colecciones. Nacido en Cuenca, en 1937, Pacheco se traslada a Barcelona a los 23 años, donde se interesó por el trabajo del grupo Dau al Set, El Paso, o pintores como Tàpies, Fautrier, Max Ernst, Hartung, y Eugène Kurakín. Allí encontró lo que buscaba, al contemplar los muros del barrio donde tenía su estudio, calles oscuras, casas viejas y húmedas situadas detrás del puerto, donde la gente escribía sus mensajes. Este es el principio de los muros de Pacheco. Su pronunciamiento contra la censura le obligó a trasladarse a Francia, allí, en París, conectó con otros españoles exiliados, entre ellos el cantautor Paco Ibáñez, Fernando Arrabal, los pintores José Ortega, Eduardo Arroyo y el cineasta Miguel Herberg. Entró en contacto con el movimiento holandés “Provo”, movimiento pacifista, ecologista, ocupa, de liberación sexual e ideología ácrata, que utilizaba en sus manifestaciones la provocación mediante lo aparentemente absurdo y caótico -a la manera Dadá-, con quienes Pacheco compartía el espíritu revolucionario. Desde 1967, Pacheco inicia un periodo de sátira sobre el franquismo llegando incluso al sarcasmo. La principal protagonista de estas obras será la figura de Franco transformado en ave rapaz, a esta época corresponden obras como El guardián de Madrid, Ejecución de Puig Antich, El padrino de la casa real o los 24 Retratos en negativo de personajes negativos. La temática de esta etapa figurativa se hace extensiva al racismo sudafricano, las hambrunas tercermundistas, la tortura o el colonialismo. En 1979 se instala en Cuenca hasta su muerte. El director de actividades del Patronato Martínez Guerricabeitia, Vicent Sanz define el estilo de Pacheco, “de expresionista, irónico y muy implicado con su tiempo. Era un pintor que no podría ser ajeno a su propia realidad social”, de hecho el mismo pintor declara que “el artista que se abstrae de la vida, del momento histórico al cual pertenece, está fuera de su tiempo, está muerto. El pueblo es lo que da vida a la historia. El artista que está fuera del problema social, está fuera de la historia y por tanto fuera de la cultura”. Por todo ello se autodenominaba “el cronista de la contrainformación”. Sanz además destaca de su estilo que, en sus obras se entremezclan lenguajes: “la abstracción, el expresionismo, el surrealismo y la figuración”. Según los organizadores, desde que el coleccionista Jesús Martínez Guerricabeitia donó sus fondos pictóricos a la Universitat, siempre se había querido rendir homenaje a este artista por su compromiso con la realidad, por su espíritu crítico y poco complaciente que también comparten todas las obras de la donación. Ahora, gracias a la colaboración de la Fundación Martínez Guerricabeitia y de Celia Pardo, la esposa de Pacheco, se ha podido llevar a cabo dicha muestra.
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