Los diputados regionales de Cuenca del partido socialista han realizado un balance positivo del año 2006, como era previsible, tanto para la región como para Cuenca en la región.
Independientes por Cuenca no puede estar más en desacuerdo con estas erróneas apreciaciones y con las autocomplacientes declaraciones de los parlamentarios Francisco Moya y Virgilia Antón.
Podemos estar de acuerdo en que Castilla-La Mancha muestra un dinamismo económico, social, así como de inversión pública estratégica, que sitúa a la región en la senda de superación de un atraso histórico en el conjunto nacional.
Pero lo anterior hace más grave si cabe la situación de estancamiento económico, social y de proyectos de inversión pública en Cuenca y su provincia. La región tiene un fuerte crecimiento de población mientras Cuenca se encuentra entre las provincias con menor crecimiento en el conjunto del Estado.
Nos vemos obligados por tanto a señalar la marginación de Cuenca en relación con los tres ejes en los que, en su balance anual, los parlamentarios socialistas sitúan las claves de futuro de la región.
Infraestructuras de comunicación en general y autovías en particular.
No puede haber nada más ofensivo para Cuenca que hablar de autovías en el resto de las provincias de la región. Y sin embargo los parlamentarios conquenses se felicitan por el tiempo record en que se ha ejecutado la autovía de “Los Viñedos”, mientras que silencian que la autovía Cuenca-Tarancón va a necesitar más de 20 años para su terminación. Silencian que la autovía Cuenca-Tarancón permanece en este recién nacido 2007 en obras en la mayor parte de su recorrido con riesgo incluso para la seguridad de los conductores.
Se puede tener una carretera nacional en buen estado, se puede tener una autovía o se puede tener una autovía en obras; lo ideal es pasar de lo primero a lo segundo en breve plazo y no eternizarse, como Cuenca, en el estadio intermedio de autovía en obras.
Cabe recordar también que en 2007 vamos a conmemorar el 80 aniversario del proyecto de la entonces denominada “auto-vía” Madrid-Cuenca-Valencia. En efecto, la autovía que ya nunca pasará por Cuenca.
Cuenca será una de las últimas localidades de más de 10.000 habitantes de la región en contar con autovía, y esa no es una realidad que permita que los políticos responsables de la misma se feliciten.
Agua y tubería manchega.
Desde una perspectiva regional, hacen bien los parlamentarios conquenses en felicitarse por las obras de la llamada “tubería manchega”, silencian sin embargo, y esto es inaceptable, que esta infraestructura, que supone la redistribución de los valiosos recursos hídricos del Tajo-Segura, perjudica de nuevo a Cuenca.
Este nuevo Tajo-La Mancha, que pretende sustituir al Tajo-Segura, margina y expolia igualmente los recursos de Cuenca, la provincia del trasvase, sin compensación alguna a cambio.
Cuenca va a tener agua en los grifos de un puñado de localidades ya despobladas por los efectos, entre otros, del actual Tajo-Segura, a cambio de una nueva expropiación de su territorio para otro embalse, esta vez en Carrascosa, y para el recorrido de una tubería que llevará sus importantes caudales para explotación económica, que no consumo humano, en el complejo de ocio “Reino Don Quijote” de Ciudad Real y en la agricultura de los Llanos de Albacete.
Reforma del estatuto.
Valoran los parlamentarios conquenses con optimismo el proceso de reforma del Estatuto de Autonomía en clave de un posible acuerdo político entre el partido socialista y el partido popular.
En Independientes por Cuenca tenemos que recordar que también sería deseable un acuerdo territorial que legitime este proceso de reforma institucional, y ese acuerdo no se va a conseguir mientras la marginación de Cuenca, mientras la discriminación en inversiones regionales estratégicas en esta provincia, impida una verdadera y no ficticia cohesión territorial.
Celebren por tanto los parlamentarios conquenses el nuevo Estatuto, pero sepan que no cuentan con el respaldo de una parte cada vez más significativa de la ciudadanía conquense que se pregunta si Cuenca no estaría mejor con Madrid, en lugar de en una región que la ha marginado desde que perdimos la capitalidad frente a Toledo.
IxC
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