lunes, 3 de julio de 2006

Gustavo Torner: «El régimen nos ignoró»

«Fueron años preciosos», recuerda Gustavo Torner (1925), uno de los miembros del Grupo de Cuenca, al recordar la peripecia que terminó con la inauguración del Museo de Arte Abstracto Español. «Hablo de un momento y un ambiente irrepetibles. Todos se vinieron a Cuenca. Sempere, Saura, Millares y el propio Zóbel se compraron casa aquí. El psiquiatra Vallejo-Nágera estaba asombrado, no concebía que un grupo amplio de personas dedicadas al mismo oficio se llevaran tan bien». No hubo cortapisas ni malas caras por parte del régimen ante la apertura de un museo de arte abstracto. «Nos ignoraron, que era precisamente lo que queríamos. También fuimos ignorados por otros muchos que no eran del régimen, y eso es peor». Para quien no pasó desapercibido este hito fue para la revista «Time», que le dedicó «dos páginas a todo color en aquella época», recuerda el artista, que hace un año inauguró el Espacio Torner en Cuenca, la ciudad que le vio nacer. El Museo de Arte Abstracto Español abrió un camino nuevo en el arte español. «De alguna manera, creó un estilo museográfico -añade-. Viajamos mucho para ver otros lugares. Al final el museo es una síntesis de la sensibilidad italiana y de la austeridad americana. Las paredes eran completamente blancas, una cosa rarísima para un lugar así, tanto como que sólo se colgaba un cuadro por pared. La gente venía y se quedaba asombrada, aprendía muchísimo sin ser éste un museo didáctico, porque para mí el didactismo del arte es mostrar las obras sin más, lo otro es historicismo». Torner cree que el museo no se ha apagado con el paso del tiempo: «No hay que confundir la colección permanente con las exposiciones temporales, que muchas veces se hacen sólo para salir en los periódicos, a costa de desmontar cuadros importantes, como ha hecho ahora el Prado con Picasso. El Museo de Cuenca tiene una colección excelente, y eso se sigue apreciando».
La Razón

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