miércoles, 28 de junio de 2006

¿Qué le pasa al consejero de Sanidad?

Mal le deben ir las cosas a Roberto Sabrido, cuando dice lo que declaró ayera los medios informativos de Cuenca. Hay una enfermedad que consiste, principalmente, en creer que todo cuanto terodea forma parte de un extraño complot para destruir a tu persona. Losadultos, los niños, las cosas se alían en tu pensamiento contra ti, ynecesitas defenderte. El Sr Consejero, en dos declaraciones diferentes y ante cuestiones que nadatienen que ver entre sí, dijo ayer, ni más ni menos, que la huelga deanestesistas sólo responde a intereses de algún grupo político al que, segúnél, son afines. Ahí es nada, para él, el 99% de los anestesistas de Cuenca,forman parte de un entramado oculto para desbancar a Barreda de lapresidencia de la Junta de Comunidades. Pero si lo anterior parece descabellado, aún es más insólito que utilizarael mismo argumento para defenderse de las quejas de adolescentes por lapráctica deficiente con que se está llevando el brote de paperas, que afectaya a 14 estudiantes de la residencia Alonso de Ojeda, y que se ocultó hastalo inevitable. Y es que el Gobierno de Castilla la Mancha está acostumbradoa que todos le bailen el agua; o, a que parezca que todo el mundo lo hace sinos creemos “a pies juntillas” lo que se refleja en el ambiente periodísticoque controla el aparato. Pero claro, no es de extrañar que se le crucen los cables a quien tiene quedefender lo indefendible, que no es otra cosa que la escasez de inversionesdel Gobierno de Barreda en la salud de los conquenses. De los más de 1000 millones de euros que la Junta está repartiendo a lolargo y ancho de la geografía castellanomanchega para inversiónhospitalaria, apenas ha destinado a la provincia de Cuenca el 1%, que hastael momento ha dado para arreglar la fachada, las calderas y el acerado de lacalle del Hospital Virgen de la Luz, único en la provincia de Cuenca, de losquince que administra en toda la Comunidad. El material con el que trabajan los médicos está anticuado y no existetecnología de nueva generación. Faltan especialidades básicas, que tienenque ser cubiertas en otros hospitales de Castilla la Mancha. Hay escasez depersonal cualificado para completar adecuadamente los equipos. No existe lainvestigación y, la docencia se da a niveles de hospital comarcal. Ante este panorama, los profesionales no tienen ningún incentivo que leshaga ver el hospital de Cuenca como un destino que cubra sus expectativas.Los que están, lo hacen con la insatisfacción de no poder ofrecer eltratamiento óptimo para una sanidad del siglo XXI. Los que faltan, no seencuentran porque aquí no se les presenta lo necesario para emprender unacarrera con futuro. Primero Sabrido dijo, aún en periodo otoñal, que en Cuenca se implantaría laepidural, pero que llevaría su tiempo, porque se trataba de cubrir eseservicio en un hospital pequeño. Después, ya bien avanzado el invierno, declaró que se iban a contratar dosanestesistas polacos y que lo del “parto sin dolor” para las mujeres deCuenca, era inminente. Pero los polacos no llegaron y se ofreció el serviciocon el personal de que se disponía. Ya en primavera, en pleno conflicto porque los médicos se quejaban de lasobrecarga de trabajo, con guardias de hasta 48 horas, y la imposibilidad deejercer su profesión con seguridad para los pacientes, pues tendrían queatender las urgencias y los partos de forma simultánea, alegó que seresolvería de inmediato, con la incorporación de dos profesionales quehabían aprobado la oposición. Pero ninguno aceptó la plaza en Cuenca. A finales de mayo, con una huelga ya larga que afectaba a casi toda laplantilla, con decenas de consultas e intervenciones suspendidas y, ahorasí, la repercusión mediática del problema, los llamó ociosos yperturbadores. Y, que en todo caso no querían esperar a la solución, quellegaría muy pronto, a finales de junio cuando terminaran los MIR. En pleno mes de junio, sin reflejarse el más mínimo indicio de interés porafrontar el problema por parte de Barreda, salió al paso con una declaraciónque si no fuera por increíble, nos haría pensar que se trataba de unosenergúmenos sin sentimientos. Tuvo la desfachatez de imputarles una actitudmisógina. Estaban en huelga porque se negaban a poner la epidural y a quelas mujeres de Cuenca pudieran, si lo desean dar a luz sin dolor. Ahora, a punto de empezar julio y con el verano apretando, los tilda deinfiltrados políticos que organizan este follón con ánimo de calentar elambiente para beneficiar a no se sabe qué partido. Pero, eso sí, nos vuelvea dar la solución. El Sescam contratará un anestesista a finales de julio, yotro durante el mes de agosto, como mucho tardar en la última semana. Todo el mundo se le vuelve en contra al Consejero cada vez que nos visita;los médicos, los niños del Alonso de Ojeda, los medios de información porqueempiezan a hacerse eco de lo que ya no pueden ocultar, los enfermos porquese quejan. No, si no decimos que este Consejero se esté volviendo loco, faltaría más,pero no nos extrañaría que a este paso, si sigue defendiendo loindefendible, si sigue intentando que veamos lo que no existe, acabe porparecerlo.
Y es que llevamos veintidós años marginados, pero con la salud
IxC

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