
Para Carmen Plaza resulta sorprendente que desde el inició de esta VI Legislatura hayan pasado ya tres consejeros por Cultura, uno por año. La última remodelación del Gobierno se produjo tras el lamentable suceso del incendio de Guadalajara, y una vez más la Consejería de Cultura fue uno de los departamentos afectados, nombrando al frente del mismo a la entonces directora de la Biblioteca de Guadalajara, Blanca Calvo.
Dicha consejera ha sido foco de atención permanente en los medios de comunicación por sus polémicas actuaciones, entre ellas la todavía inexplicada destitución del jefe del Servicio de Archivos y Bibliotecas, uno de los departamentos que mejor ha funcionado en la Junta de Comunidades la dos últimas décadas. Asimismo, Blanca Calvo ha mostrado la incoherencia de su gestión al retirar la subvención a la obra teatral de Leo Bassi y al mismo tiempo apoyar al actor con su presencia en la representación. “Es del todo inadmisible que Blanca Calvo argumente que puede hacer con su tiempo libre lo que quiera. Cuando se trata de un acto público, y además con el fuerte debate social que había suscitado, la consejera no puede desprenderse de ese atributo como representante de un gobierno al que han elegido los ciudadanos. Eso lo sabe de sobra, por lo que debemos deducir que acudió al espectáculo para hacer patente su apoyo al mismo”.
LIBERTAD DE INFORMACIÓN
Además Carmen Plaza no comparte la opinión de la consejera sobre la forma de seleccionar las obras artísticas que deben ser subvencionadas con dinero público ni sus planteamientos sobre la libertad de información. A este respecto, Plaza opina que los cargos públicos deben dar todo tipo de facilidades a los medios de comunicación y aceptar cualquier tipo de preguntas que se le hagan en los actos informativos.
Opina Carmen Plaza que “siendo malo todo esto, sobre todo al tratarse de una consejería de la importancia de la de Cultura, es peor aún que a pesar de los meses transcurridos no vemos que se esté trabajando con eficacia en este campo. Entre tantos cambios y tanto planificar, lo cierto es que sigue sin hacerse nada positivo. La consejera debería preocuparse más de gestionar que de polemizar y poner en entredicho la actuación del gobierno al que pertenece”.
Según la diputada “popular”, si Barreda no destituye a la consejera de Cultura estará siendo cómplice de su actuación y los ciudadanos terminarán considerando que es el único responsable del doble lenguaje de un gobierno que es capaz de defender una cosa y la contraria.
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