La afición del Conquense respondió tanto a la llamada del club como al interés de ver en directo al histórico Athlétic de Bilbao, que llegó además bajo la tutela técnica de Joaquín Caparrós, el entrenador que adquirió fama y conocimiento cuando hace años dirigió al conjunto balompédico. Y respondió como las buenas, llenando los graderíos para mayor felicidad del presidente manchego Ángel Pérez, un enamorado del norte y del fútbol norteño. Alegría al principio del partido y alegría al final porque el Conquense mantuvo siempre el tipo y fue capaz de empatar el partido y adjudicarse el trofeo San Julián en el lanzamiento desde el punto de penalti, después de que Koikili enviara fuera el séptimo lanzamiento y Juamma acertara con el suyo.
Caparrós decidió poner en liza a todo su arsenal en la primera parte con excepción de Etxeberría. Allí estaban Aitor Ocio, Orbaiz, Gurpegui, Yeste, Llorente, Adúriz, Susaeta y el recién internacional Iraola, con tan mala suerte que debió abandonar el campo a los tres minutos tras un fuerte encontronazo con su compañero Gurpegui que le provocó una brecha. Y desde el inicio el partido no tuvo dueño, ni chispa. Cierto aburrimiento porque las defensas se imponían sin problemas. Sólo alguna acción aislada lograba trnasmitir energía a la grada. Sin embargo en el minuto 37 Llorente cabeceó espectacular un saque de esquina de Yeste para colocar el 0-1 en el marcador.
En la segunda mitad llegaron los cambios y las ocasiones, paradójico. El Conquense perdió el poco respeto que le tenía al equipo bilbaíno y le plantó cara en toda regla. Cogió la iniciativa y buscó el empate. Dejó huecos que el Athlétic no supo aprovechar, o mejor se encontró con un acertado Sebas con tres magníficas intervenciones. Pero la lucha estaba ya planteada y en el minuto 83 Víctor sacó una falta con rosca al primer palo que Juanjo cabeceó a la red de manera inapelable. Empate justo y penalties donde los balompédicos estuvieron más acertados. En los cinco primeros fallaron John para el Bilbao y Javi Soria para el Conquense. Luego erró Koikili y Juanjo selló el triunfo del conjunto manchego.
Caparrós decidió poner en liza a todo su arsenal en la primera parte con excepción de Etxeberría. Allí estaban Aitor Ocio, Orbaiz, Gurpegui, Yeste, Llorente, Adúriz, Susaeta y el recién internacional Iraola, con tan mala suerte que debió abandonar el campo a los tres minutos tras un fuerte encontronazo con su compañero Gurpegui que le provocó una brecha. Y desde el inicio el partido no tuvo dueño, ni chispa. Cierto aburrimiento porque las defensas se imponían sin problemas. Sólo alguna acción aislada lograba trnasmitir energía a la grada. Sin embargo en el minuto 37 Llorente cabeceó espectacular un saque de esquina de Yeste para colocar el 0-1 en el marcador.
En la segunda mitad llegaron los cambios y las ocasiones, paradójico. El Conquense perdió el poco respeto que le tenía al equipo bilbaíno y le plantó cara en toda regla. Cogió la iniciativa y buscó el empate. Dejó huecos que el Athlétic no supo aprovechar, o mejor se encontró con un acertado Sebas con tres magníficas intervenciones. Pero la lucha estaba ya planteada y en el minuto 83 Víctor sacó una falta con rosca al primer palo que Juanjo cabeceó a la red de manera inapelable. Empate justo y penalties donde los balompédicos estuvieron más acertados. En los cinco primeros fallaron John para el Bilbao y Javi Soria para el Conquense. Luego erró Koikili y Juanjo selló el triunfo del conjunto manchego.
El Digital de Castilla-La Mancha
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