viernes, 7 de marzo de 2008

Artículo de Opinión

CARTA ABIERTA A TODAS LAS MUJERES

El ocho de marzo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer. Una celebración que las Naciones Unidas establecieron en 1975, pero que tiene sus orígenes en Nueva York, en el año 1908 cuando las trabajadoras de la fábrica textil Cotton se encerraron en el interior de la empresa en señal de protesta para reivindicar la reducción de la jornada laboral a 10 horas. La reacción del propietario ante las reivindicaciones de las trabajadoras fue la de incendiar el edificio para hacerlas salir de allí. El resultado fue la muerte de 129 trabajadoras. Un acontecimiento lamentable, sin duda, que debemos seguir teniendo presente para que nunca se vuelva a repetir.
En Cuenca, como no podía ser menos, celebramos esta fecha importante con un doble sentimiento. Por un lado recordando, con tristeza e indignación, la muerte de esas 19 mujeres, víctimas de la violencia machista que han perdido la vida en lo que va de año en nuestro país. Pero, también, la jornada de hoy ha de servirnos para hacer balance de los logros conseguidos hasta la fecha, que no han sido pocos, y para afrontar con optimismo y esperanza los cambios que habrán de situar definitivamente a las mujeres en el lugar en el que siempre debieron estar.
En un día como éste, no debemos olvidar que las mujeres, habéis protagonizado una de las revoluciones sociales más importantes de toda la historia de la humanidad. Una revolución que, a diferencia del resto, no ha recurrido al uso de la fuerza para hacerse con la razón y alzarse con el triunfo. Tan sólo se ha servido de la reivindicación para convencer, tomando como bandera el argumento y la palabra.
Las mujeres habéis participado en la construcción de un mundo mejor para todos. Una vez reconocido el derecho a votar en el año 1931, las españolas os lanzasteis a la conquista de todos los demás derechos: el derecho a estudiar y a recibir una formación cualificada, el derecho a trabajar, el derecho a participar en la sociedad y en la política, el derecho a ser reconocidas jurídicamente sin tutelas, el derecho a decidir por vosotras mismas sobre la vida que querías vivir.…
Hoy estamos en situación de decir que, desde la llegada de la democracia, y gracias a vuestras reivindicaciones, nuestro país no ha parado de crecer en ciudadanía. Lo cual se debe, en gran medida a la Constitución Española de 1978 que sería la que reconocería definitiva y taxativamente la equiparación en derechos a hombres y a mujeres, sin excepción ni condición alguna.
A raíz de nuestra norma fundamental, las mujeres habéis conseguido que los parlamentos aprueben leyes que os equiparan en derechos a vuestros compañeros varones; os habéis hecho con las aulas: hoy en día son más las mujeres que estudian que los hombres. Descubristeis que la educación es el principal instrumento al servicio de la igualdad. Constatasteis que el trabajo es el principal artífice de la integración social.
Hoy vivimos en una sociedad más plena que sabe reconocer el esfuerzo prolongado e intenso de las mujeres en su largo camino hacia la igualdad, y que valora mucho todas esas nuevas aportaciones que recibe de más de la mitad de la población, unas aportaciones tremendamente valiosas porque se hacen desde otro punto de vista, desde una sensibilidad diferente.
Pero, a pesar de los espectaculares avances conseguidos, es innegable el hecho de que las mujeres no disfrutáis de los mismos derechos reales que vuestros compañeros varones.
Conciliar la vida laboral, familiar y personal es una cuestión que, teóricamente debería afectar por igual a hombres y a mujeres. Pero la práctica es bien distinta. Los estudios realizados a propósito de la conciliación, demuestran que es un problema que les toca resolver a las mujeres. Podemos concluir que la conciliación es la gran asignatura pendiente de la igualdad.
No obstante, hay motivos para el optimismo. En los dos últimos años los derechos de las mujeres se han visto nuevamente impulsados. Asistimos a una nueva primavera de los derechos. Se ha reabierto el debate social sobre la igualdad y, se han aprobado leyes tan importantes como la Ley Integral contra la violencia machista, o el Anteproyecto de Ley de Dependencia, que traslada la responsabilidad del cuidado de las personas dependientes al conjunto de la sociedad.
Creedme si os digo que nada me gustaría más que poder celebrar el próximo 8 de marzo el triunfo de la utopía y la conquista, por parte de las mujeres, de la igualdad real en todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Soy consciente de que ese día está próximo, pero mientras tanto habremos de seguir trabajando y aprendiendo de vosotras, las mujeres, que habéis demostrado tener más que sobrada capacidad para conseguir cualquier cosa que os propongáis. Si permanecéis unidas, como hasta ahora, la desigualdad, desde hoy, tiene sus días contados. Y me consta que no cejareis en vuestro empeño hasta que os hagáis con lo que, por justicia os corresponde, la mitad de la tierra, la mitad del cielo y la mitad del poder.

Juan Ávila
Presidente de la Diputación Provincial de Cuenca

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pero que hortera eres!!

Anónimo dijo...

Espero, porque la gente de esta tierra es más inteligente de lo que Vd. se cree, que se estén dando cuenta que la lucha contra la discriminación, no debe plantearse en el ámbito de “hombre-mujer”, que la verdadera discriminación como falta de igualdad de oportunidades la estáis provocando los gobernantes de “baja estopa” como Vd., cuando invertís las migajas que os llegan de Madrid y de Toledo en su mayoría, en los municipios de vuestro propio partido; cuando condenáis a esta tierra y a sus mujeres por supuesto a privarse de la compañía de sus hijos por que tienen que desplazarse a estudiar una carrera a otras ciudades limítrofes, porque sois incapaces de dotar a esta Ciudad de una Universidad que reúnan condiciones dignas. Cuando condenáis a esta provincia y a sus gentes a tener que buscar trabajo en las comunidades limítrofes, cuando condenáis a estas pobres mujeres a vivir su ancianidad en soledad, lamentando la distancia de sus hijos porque sois incapaces de dotarla de las infraestructuras mínimas y adecuadas para que se forme una masa de empresarios (porque además en aras de vuestro interés político los desprestigiáis) que den trabajo digno que les permita permanecer en Cuenca.. Mientras tanto intentáis adornar vuestra mediocridad e impericia, incapaces de desarrollaros profesionalmente fuera de la política, perdiendo el tiempo en luchas partidistas sobre “quien se lleva los méritos por la mejora de este servicio” “cuando salimos en la foto” pensando única y exclusivamente en mantener vuestra inestable “poltrona”, en vez de mejorar la convivencia y bienestar de vuestros Ciudadanos. Pero no te preocupes majo; que nosotras las conquenses no somos tan ilusas como te crees y en muy poco tiempo te hemos visto las plumas.