La consejería de cultura propone un año de puertas abiertas para celebrar el 60 aniversario del archivo histórico provincial de Cuenca

El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Luis Martínez, ha presentado esta mañana, en Cuenca, los actos que la Consejería de Cultura ha organizado con motivo de la celebración, en este 2008, del 60 aniversario de la creación del Archivo Histórico Provincial.Por este motivo, y con el fin de hacer partícipe a la ciudadanía, el Archivo Histórico Provincial de Cuenca celebrará durante este 2008 un año de puertas abiertas, para que todas aquellas personas, colectivos y asociaciones que lo deseen, puedan conocer de cerca cómo es el día a día en una institución de este tipo.Así mismo, y con el fin de “dar a comprender la importancia” del Archivo para la ciudad y para la provincia, también se ha elaborado un programa de visitas guiadas que se completarán con una exhibición de la documentación más relevante que se conserva en el archivo. Entre ésta, se encuentran escritos y otros documentos que reflejan cómo ha sido la evolución que se ha producido en esta provincia a lo largo de la historia.En este sentido, el director general ha recordado la trayectoria de este edificio, que se ha convertido en “un símbolo del cambio y transformación que ha sufrido España”, ya que éste pasó de ser una cárcel a convertirse en una institución cultural.Esta evolución no se refleja sólo en el propio carácter del edificio, sino también en su contenido, que ha sufrido grandes transformaciones. Así, cabe destacar que los apenas 600 metros lineales de documentación que contenía en 1983, cuando el AHP pasó a ser gestionado por la Junta de Comunidades, ahora se han convertido en casi siete kilómetros de documentación alineada.Respecto al avance e importancia que la Consejería le otorga a las nuevas tecnologías, un ejemplo sería cómo en ese 1983 el Archivo no sólo no contaba con ordenadores, sino que tampoco existían los registros informatizados, mientras que ahora esta documentación sobrepasa los 100.000 ejemplares.Acompañado al director general, a la presentación de los actos también ha asistido el delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Valiente, así como la directora del Archivo Histórico Provincial, Mª de la Almudena Serrano, y el delegado provincial de Cultura, Sixto Pozo.Por otra parte, Luis Martínez también se ha referido al edificio que acoge este contenido cultural, ya que hace apenas un año fue reconocido por el Foro Civitas Nova, en colaboración con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Colegio de Arquitectos de la región, como la Mejor Obra de Rehabilitación, realizada por Enrique Álvarez-Sala y Carlos Rubio Carvajal.Sede del Tribunal de la Inquisición durante cuatro siglosA pesar de que en noviembre de 1997, el edificio que hoy alberga el Archivo fuera inscrito en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, la trayectoria de este inmueble ha recorrido caminos que le ha llevado a ocupar diferentes funciones.Tras el paso del Archivo por diferentes edificios, fue en 1991 cuando se inauguró la nueva sede de esta institución, ubicada en el rehabilitado inmueble que durante casi 4 siglos ocupó el Tribunal de la Inquisición del distrito de Cuenca. Con anterioridad, este edificio formó parte de la fortaleza musulmana y del castillo cristiano hasta su ruina en los inicios del siglo XVI. El castillo pasó entonces a manos de la Inquisición, según Real Cédula de Felipe II.En 1812 el edificio fue parcialmente destruido en la retirada de las tropas napoleónicas, provocando graves consecuencias para la conservación de gran parte de las estructuras. A lo largo de ese siglo, el edificio desempeñó las funciones de cuartel y cárcel militar, reordenándose el entorno para adaptarlo a funciones estrictamente defensivas y sirviendo como almacén o depósito de armas y otros efectos bélicos.El siguiente destino y uso que se dio al edificio fue el de cárcel, lo que motivó que se realizaran nuevas reformas en 1890 y 1950, aprovechándose para ello las antiguas estructuras. En la década de 1970 se trasladó su función carcelaria a un nuevo edificio construido fuera de la ciudad, dejándose abandonado el inmueble.