El hostelero conquense Pedro Torres, fallecido ayer a los 83 años de edad, y que a lo largo de su vida profesional fundó establecimientos como el Mesón de las Casas Colgadas (1965) o el Figón de Pedro (1968), recibió hoy una despedida multitudinaria.
Restauradores, artistas, políticos, escritores acompañaron a la familia Torres y abarrotaron la iglesia de San Esteban, donde se honraron los restos de Pedro Torres antes de ser incinerados.
Algunos de sus amigos, como el escritor y periodista Raúl Torres, recordaron sobre todo la humanidad del hostelero, "que tenía siempre una gran sonrisa en la cara".
Además, resaltó en declaraciones a Europa Press su valentía ante los fogones, "donde no lo importaba experimentar". También fue gran amigo del periodista Tico Medina, que llegó a ponerle el sobrenombre de "El rey del morteruelo".
La relación de Pedro Torres con el mundo de los medios de comunicación ha sido especialmente intensa al ser el impulsor y patrocinador del premio literario 'Tormo de Oro' de Gastronomía, un concurso de prensa, radio y televisión.
Restauradores, artistas, políticos, escritores acompañaron a la familia Torres y abarrotaron la iglesia de San Esteban, donde se honraron los restos de Pedro Torres antes de ser incinerados.
Algunos de sus amigos, como el escritor y periodista Raúl Torres, recordaron sobre todo la humanidad del hostelero, "que tenía siempre una gran sonrisa en la cara".
Además, resaltó en declaraciones a Europa Press su valentía ante los fogones, "donde no lo importaba experimentar". También fue gran amigo del periodista Tico Medina, que llegó a ponerle el sobrenombre de "El rey del morteruelo".
La relación de Pedro Torres con el mundo de los medios de comunicación ha sido especialmente intensa al ser el impulsor y patrocinador del premio literario 'Tormo de Oro' de Gastronomía, un concurso de prensa, radio y televisión.
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