El presidente de la Asociación para la Recuperación para la Memoria Histórica (ARMH) de Cuenca, Máximo Molina, se reunirá hoy en la localidad conquense de Tarancón para informar a los familiares sobre los trabajos de exhumación de los restos de los presos que murieron en la cárcel del monasterio de Uclés tras la Guerra Civil, que comenzaron el pasado 14 de mayo.
Máximo Molina informó de que llevan un 85 por ciento del cementerio de Uclés prospectado, indicando que desde el 2 de julio, "llevan trabajando ya a todo ritmo", exhumándose en estos días a siete personas. Durante esta semana el resto del trabajo ha consistido en "cavar, picar y delimitar" el terreno circundante.
De igual modo, el presidente de ARMH dijo que han conseguido una subvención del Servicio Público de Empleo de Castilla-La Mancha de unos 25.000 euros, a través del Fondo Social Europeo, para contratar a cinco trabajadores durante cinco meses y para herramientas de trabajo.
Para ello se contará con la participación de equipos muy variados de arqueología forense, que integran profesores y alumnos universitarios, así como profesionales que están dedicados a otro tipo de actividades forenses o arqueológicas, apuntó Molina.
Los trabajos consisten en la exhumación de represaliados durante la Guerra Civil en el cementerio de La Tahona, situado junto al monasterio de Uclés, en el que hay enterradas cerca de 400 personas que fueron fusiladas o murieron durante su estancia en prisión.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene documentados al menos 312 fallecimientos de presos republicanos durante su estancia en la prisión de Uclés, de los cuales 160 fueron ejecutados y el resto murió por enfermedad. En estas dos campañas las labores de exhumación han conseguido recuperar hasta el momento a un poco más de 100 personas, apuntó Molina.
Además, destacó como "muy significativo" que en el primer año de trabajo en la fosa se encontró un cerdo enterrado junto a las personas y esta campaña se han encontrado cuatro más, "sin ningún respeto" hacia estas víctimas, ya que, según explicó Molina, se produjo una epidemia en la piara del monasterio de Uclés y "nadie tuvo ningún inconveniente en enterrar a los cerdos junto a las personas".
Así, tal como consideró Molina, "en estos momentos en los que mucha gente opina bastante mal de la memoria histórica, nos parece que es una metáfora que define muy bien la falta de respeto con las víctimas y sus familiares".
Máximo Molina informó de que llevan un 85 por ciento del cementerio de Uclés prospectado, indicando que desde el 2 de julio, "llevan trabajando ya a todo ritmo", exhumándose en estos días a siete personas. Durante esta semana el resto del trabajo ha consistido en "cavar, picar y delimitar" el terreno circundante.
De igual modo, el presidente de ARMH dijo que han conseguido una subvención del Servicio Público de Empleo de Castilla-La Mancha de unos 25.000 euros, a través del Fondo Social Europeo, para contratar a cinco trabajadores durante cinco meses y para herramientas de trabajo.
Para ello se contará con la participación de equipos muy variados de arqueología forense, que integran profesores y alumnos universitarios, así como profesionales que están dedicados a otro tipo de actividades forenses o arqueológicas, apuntó Molina.
Los trabajos consisten en la exhumación de represaliados durante la Guerra Civil en el cementerio de La Tahona, situado junto al monasterio de Uclés, en el que hay enterradas cerca de 400 personas que fueron fusiladas o murieron durante su estancia en prisión.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene documentados al menos 312 fallecimientos de presos republicanos durante su estancia en la prisión de Uclés, de los cuales 160 fueron ejecutados y el resto murió por enfermedad. En estas dos campañas las labores de exhumación han conseguido recuperar hasta el momento a un poco más de 100 personas, apuntó Molina.
Además, destacó como "muy significativo" que en el primer año de trabajo en la fosa se encontró un cerdo enterrado junto a las personas y esta campaña se han encontrado cuatro más, "sin ningún respeto" hacia estas víctimas, ya que, según explicó Molina, se produjo una epidemia en la piara del monasterio de Uclés y "nadie tuvo ningún inconveniente en enterrar a los cerdos junto a las personas".
Así, tal como consideró Molina, "en estos momentos en los que mucha gente opina bastante mal de la memoria histórica, nos parece que es una metáfora que define muy bien la falta de respeto con las víctimas y sus familiares".
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