La directora general de Promoción Cultural, Eva Ortiz, ha inaugurado esta tarde en la Casa Zavala de Cuenca la exposición dedicada al artista gráfico Javier Cebrián.La sede de la Fundación Antonio Saura ha abierto sus puertas esta vez a Cebrián, que nació en Cuenca en 1944, pero que en 1992 decidió fijar su residencia en Altea, donde pasó los últimos años de su vida hasta que falleció en 2005. Sin embargo, durante el tiempo que vivió en su localidad natal, “llegó a ser un gran referente en la vida cultural y artística de esta ciudad”, ha señalado Ortiz.
Acerca de este artista, cuya obra tiene un carácter sencillo pero potente, con la que consigue no dejar indiferente al espectador, la directora general ha destacado como una cualidad el hecho de que llegó a “ser un protagonista silencioso y humilde, que se codeó con los artistas más importantes del último cuarto del siglo XX en España”.
Desde que en 1976 instaló su propio taller de serigrafía, se dedicó a realizar obra gráfica original de algunos de los pintores más destacados del arte contemporáneo español, como pueden ser Saura, Gordillo o Pijuán, entre otros, “llevado por su magia y por el movimiento cultural y artístico que en ese momento impregnaba toda la ciudad”, ha señalado Ortiz.
Tras este comienzo en el que se dedicó más a realizar obras de otros pintores, Cebrián comenzó a trabajar en su propia obra a partir de 1990. Esto supuso un enriquecimiento en su producción y creatividad, ya que se abrió a otras disciplinas, como la pintura, el collage, la fotografía o la escultura, con la que en 1992 ganó en Castilla-La Mancha un premio por su obra “Cocina de serígrafo”.
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