La obra de Tennessee Williams 'El Reino de la Tierra' llega al Teatro Auditorio de Cuenca

Blanca Marsillach, Armando Pita y Xavier Olza ponen en escena la obra de Tennessee Williams El Reino de la Tierra, un téxto inédito entre nosotros que dirige Francisco Vidal. La función tendrá lugar el jueves a las 20,30 horas en el Teatro Auditorio de Cuenca.En El Reino de la Tierra, año 1960, un trío de inadaptados está atrapado en Nueva Orleáns, en una granja en ruinas y en peligro de inundación. El frágil y afeminado Lot, en su última etapa de tuberculosis, ha vuelto a la granja con su mujer de hace veinticuatro horas, Myrtle, a quien se le ha pasado el arroz como actriz y la suerte nunca ha acompañado. La vuelta de Lot sirve de carburante a la enemistad de años con su medio hermano, Gallina, por la posesión del patrimonio familiar. Mientras una creciente inundación amenaza el nuevo hogar de Myrtle, que está aterrorizada y que siente una fascinación por la masculinidad de Gallina, esta hace varios viajes a la cocina, desde su dormitorio en la segunda planta en donde su marido lucha por respirar y mantener su débil sentido de la realidad. Las transformaciones y negociaciones que ocurren en estos inocentes encuentros son bellos y cómicos ejemplos de lo que nosotros como humanos hacemos para sobrevivir, y cómo a menudo creemos más en nuestros miedos que en nuestras esperanzas.Blanca Marsillach encarna a Myrtle, llena de candidez y humor, un personaje al que se ha entregado con pasión e inteligencia. Armando Pita, enamorado de la obra, lleno de matices, de ambigüedades, de fuerzas y debilidades, representa el mundo de la belleza, de la delicadeza; frente a Xavier Olza, savia nueva y poderosa que encarna el mundo primitivo, cruel y ascendente, pero lleno también de razones especiales y significativas.El Reino de la Tierra tiene todo lo que uno puede esperar de una obra de Tennessee Williams: una perdida prima donna que en esta caso es un hombre, un tipo que por su masculinidad es como una bestia irresistible, una heroína en un mal momento, y una mecedora a la luz de la luna.