La consejera de Cultura, Blanca Calvo, presidió hoy la constitución formal del nuevo Patronato de la Fundación Antonio Saura de Cuenca que finalmente estará integrada por un total de 12 miembros.
Forman parte del mismo como nuevos patronos los hermanos del pintor, Mª Ángeles y Carlos Saura, el editor suizo Pierre Canova, el presidente del Círculo de Lectores, Hans Meinke, la Fundación Antonio Pérez y la Universidad de Castilla-La Mancha que se unen a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación de Cuenca, el Ayuntamiento de Cuenca, los hermanos Santiago y Emilio Catalá, y Pedro Mombiedro.
Tras esta primera reunión, que ha servido como toma de contacto, la titular de Cultura definió éste como “un día emocionante” que supondrá el punto de partida para relanzar la Fundación Antonio Saura y cumplir así la voluntad del artista.
En este sentido, Blanca Calvo anunció que uno de los primeros pasos a dar será la adopción de aquellas acciones que sean oportunas para que la Crónica del 94, obra que el propio Antonio Saura decidió como lote fundacional de este espacio, esté en Cuenca.
“Somos conscientes de la importancia de que esta obra esté aquí y vamos a luchar por ella por los procedimientos que sean”, aseveró.
La consejera de Cultura señaló que a través del Patronato se iniciará una fórmula legal que, previsiblemente, desembocará en un pleito civil por la propiedad de esta obra “porque creemos que la cuidad de Cuenca se lo merece, ya que esta obra no está ahora en las manos que le corresponden”.
Por su parte, los hermanos del pintor, Mª Ángeles y Carlos Saura, mostraron su total apoyo a esta Fundación e insistieron en que “estamos aquí por la memoria de nuestro hermano, que quería esta Fundación y eligió este edificio –la Casa Zavala- como sede, y vigiló personalmente las obras”.
Mª Ángeles Saura, designada nueva presidenta de la Fundación, avanzó que entre los proyectos futuros de la Fundación Antonio Saura se encuentra una exposición fotográfica de Carlos Saura y anunció la decisión de ambos de donar dos Autos de fé, cuadros de la etapa surrealista de Antonio Saura, que han estado siempre en la casa familiar.
Por su parte, Carlos Saura subrayó la pasión que su hermano sentía por la ciudad de Cuenca y su deseo expreso de que la Fundación que lleva su nombre estuviera aquí. “El amor que tenía a Cuenca era tan grande que él pensaba que la única forma de agradecerle a la ciudad era que esta Fundación funcionara”, concluyó.
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1 comentario:
Todo esto de la pelea de la llamada Fundación Saura con las herederas, analizado con un poco de distancia y frialdad, resulta patético.
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