viernes, 23 de febrero de 2007
“La Muerte y la Nada” y de Saura, por fin esta en Cuenca
La consejera de Cultura, Blanca Calvo, destacó en Cuenca que “hoy se abre una nueva etapa en la Fundación Antonio Saura” después de que la colección “La Muerte y la Nada”, propiedad de la Junta y que ha permanecido depositada en el Museo de Ciudad Real, se encuentre ya a buen recaudo en el Museo de Cuenca. Un total de 27 obras de Saura que llegaban ayer mismo a la capital conquense y que, aún embaladas la mayoría de ellas, han sido visitadas por la titular de Cultura tras mantener tras mantener una reunión con el patronato de la Fundación Antonio Saura.Un encuentro en el que, además, se ha dado el visto bueno al plan de “reflote” presentado por la Junta, consensuado con las otras dos instituciones presentes en el Patronato, Ayuntamiento y Diputación de Cuenca. De esta forma, se aumentan notablemente las aportaciones de las instituciones a la Fundación Antonio Saura hasta alcanzar un total anual de 350.000 euros. Además, se amplía la actual composición del patronato que pasa a estar formado por seis miembros.Así, entran en el patronato la Universidad de Castilla-La Mancha y la Fundación Antonio Pérez, el editor suizo Pierre Canova, los hermanos del pintor María Ángeles y Carlos Saura, y el presidente del Círculo de Lectores, Hans Heinke.Finalmente, se contratará lo más pronto posible a un director que, a la cabeza de una plantilla de personal adecuada, garantice una gestión profesional de la entidad.El presidente de la Fundación Antonio Saura, Emilio Catalá, manifestó que “este es el día más importante desde que se creó la Fundación, junto con el día de la sentencia en la que se ratificaba de forma definitiva su legalidad”.Asimismo, Catalá indicó que, a falta de concretar las agendas, será el 3 de abril cuando se constituya el nuevo patronato de la Fundación Antonio Saura. Por ello, agradeció a las instituciones el que “hayan mantenido el tipo” y al final hayan decidido dar a la Fundación Antonio Saura su apoyo definitivo. Finalmente, el alcalde de Cuenca, José Manuel Martínez Cenzano, mostró su satisfacción porque una colección tan esperada como “La Muerte y la Nada” se encuentre ya en la ciudad, aunque de momento no pueda visitarse. Para ello, “hemos encargado a la Empresa Pública de Servicios (EMPUSER) la elaboración del proyecto de seguridad”.“La Muerte y la Nada” En 1987, el editor Pierre Canova encargó a Saura una colección de dibujos que sirvieran de inspiración para los textos del poeta suizo Jacques Chessex, titulados genéricamente “La Muerte y la Nada”. El resultado de esta colaboración, que el artista aragonés de nacimiento y conquense de adopción llevó a cabo entre 1987 y 1989, vio la luz al año siguiente, cuando Canova publicó una edición del libro limitada de dos mil quinientos ejemplares. Pocos meses después de la muerte de Saura, la Consejería de Cultura tuvo conocimiento de que la casa londinense de subastas Christie’s iba a vender al mejor postor los veintisiete originales. En el mismo lote se incluían los manuscritos de los poemas de Chessex y la correspondencia que intercambiaron el artista y el editor mientras pulían la obra. El Gobierno de Castilla-La Mancha decidió no dejar pasar la oportunidad. Con el apoyo técnico de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes Culturales del Ministerio de Educación y Cultura acudió a la subasta y se hizo con el lote completo. Con la adquisición de los poemas, las cartas y los dibujos, la Consejería de Cultura no sólo se hacía con un proyecto completo de colaboración entre escritura y arte visual, sino que, al mismo tiempo, se incrementaba representación de la obra de Antonio Saura en los fondos de la Junta de Comunidades con una colección en la que confluyen varias de las líneas artísticas que siguió a lo largo de su trayectoria. Cada uno de los originales transmite la esencia y los temas del estilo del artista. Así, la oscuridad, la muerte, la violencia, la sexualidad y lo bestial se mezclan con la fuerza de los temas españoles que ya llevaron al lienzo maestros clásicos como Goya o Velázquez.
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