El presidente de Castilla-La Mancha denuncia en Aragón el trasvase del Tajo-Segura

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, denunció hoy la vigencia del trasvase Tajo-Segura y rechazó, asimismo, el proyecto de detracción de aguas del río Ebro. Barreda se entrevistó esta mañana con su homólogo aragonés, Marcelino Iglesias, dentro de su visita oficial a Zaragoza, donde conocerá los trabajos de la Expo 2008.
El jefe del Ejecutivo castellanomanchego alertó de que el PP de su comunidad "sigue justificando el trasvase Tajo-Segura y entiende que debería hacerse el del Ebro", tras lo que expresó que los populares "no dicen lo mismo en cada territorio", por lo que "el PP de Castilla-La Mancha sigue siendo una franquicia dependiente" de la dirección nacional del partido.
Barreda comentó que "cada vez es más eficiente la técnica que permite desalar", lo que debe servir para anular cualquier trasvase, tras lo que recordó que en su última entrevista con el presidente de la Región de Murcia "le dije que el desarrollo de su comunidad no puede basarse en un recurso escaso, que está lejos de Murcia y sobre el que nosotros tenemos preferencia".
"La fecha de caducidad del trasvase Tajo-Segura ha empezado", continuó el presidente castellanomanchego, quien denunció que "en Castilla-La Mancha vamos a ser dos millones de personas los que vamos a beber aguas superficiales".
José María Barreda lamentó que el río Tajo, en determinadas épocas, transporta tan solo seis metros cúbicos de agua por segundo, a su paso por Aranjuez, mientras que por el canal artifical que se utiliza para el trasvase pasan 20 metros cúbicos por segundo. También indicó que "el Tajo desemboca en el Atlántico y es aberrante que por el canal artificial vaya más caudal de agua que por el cauce natural".
El jefe del Gobierno castellanomanchego recordó que el trasvase Tajo-Segura se inició en los últimos años del franquismo y "no puede mantenerse", ya que ahora hay "una España que no tiene que ver con la del siglo XXI", por lo que "tenemos que cambiar muchas normas y decretos, y modificar las leyes de gestión del agua"
José María Barreda señaló que "en Castilla-La Mancha estamos soportando una situación inadmisible, a consecuencia del desarrollismo de los años 60, que tuvo como consecuencia la despoblación" y aprovechó para denunciar que el trasvase no deja "ni una sola gota de agua" en los más de 300 kilómetos que separan el embalse de Entrepeñas respecto de la región de Murcia.
En otro orden de cosas, el presidente de la comunidad vecina apostó por construir la autovía Teruel-Cuenca, que se conectaría con el tramo Cuenca-Albacete, así como la carretera Albarracín-Cuenca.
Por su parte, el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, recordó que Aragón y Castilla-La Mancha son comunidades vecinas y que guardan diferentes similitudes, como la "amenaza" del trasvase en Aragón y la existencia de una detracción de aguas histórica desde el río Tajo al Segura, del que dijo que "es el referente de lo que no funciona". Ambos territorios "utilizamos el mismo argumento contra el trasvase", indicó Iglesias.
El jefe del Ejecutivo aragonés insistió en que "el Levante español siempre tendrá agua" gracias a las nuevas tecnologías y subrayó que las únicas comunidades autónomas "sin problemas" hidráulicos son Canarias y Baleares, dentro de la España seca.
El presidente aragonés se refirió, asimismo, a las comunicaciones terrestres e indicó que "estamos trabajando ya" para realizar la autovía Teruel-Cuenca y la carretera Albarracín-Cuenca.