domingo, 16 de abril de 2006

Mozart cierra XLV Semana Música Religiosa con récord de taquilla

El programa del concierto, que se celebró en el Teatro-Auditorio de Cuenca, incluyó la Sinfonía número 30 en do mayor 'Aleluya' de Haydn y la Misa en do mayor 'de la Coronación' de Mozart, que cerró el 'miniciclo' dedicado al compositor austríaco por el festival conquense de música sacra, con motivo de la conmemoración de los 250 años de su nacimiento.Mozart ha tenido un protagonismo especial durante la cuadragésimo quinta edición del certamen de música sacra, ya que la primera obra que se interpretó en el concierto inaugural fue la cantata 'Davide Penitente' por parte de la Orquesta Nacional de España y del Coro Nacional de España, dirigidos por Josep Pons.Durante el festival se han interpretado otras tres obras de Mozart, entre ellas la que ha puesto el broche final al certamen, que en este caso ha correspondido a una composición de 'gran brillantez', según la definió el director artístico del festival, Antonio Moral.Para Moral, la inclusión del 'miniciclo' de Mozart estaba justificada, porque 'es quizá el compositor más importante de todos los tiempos' y por ello todos los grandes festivales europeos y los ciclos de conciertos de todas las orquestas están participando en la conmemoración de su nacimiento.El concierto de clausura fue también el último de la Semana de Música Religiosa que ha programado Moral, que deja el puesto tras haberse hecho cargo de la dirección artística del Teatro Real de Madrid en septiembre de 2005.Con motivo de su despedida al frente del festival, Moral recibió la Medalla de Plata de la Semana de Música Religiosa de Cuenca de manos del presidente de la Fundación 'Patronato de la Semana de Música Religiosa de Cuenca' y alcalde de Cuenca, José Manuel Martínez Cenzano, antes de que comenzara el concierto de clausura de la cuadragésimo quinta edición.Martínez Cenzano destacó la labor realizada por Moral y apuntó 'que en tan poco tiempo ha sabido hacer tanto' por la Semana de Música Religiosa de Cuenca y la ha colocado en un lugar 'importante'.Por su parte, Antonio Moral, dijo que 'la mejor medalla que puede tener un programador es su público, ya que el festival se hace para los aficionados' y subrayó que durante esta Semana se ha obtenido una de más taquillas más importantes del festival porque 'ha venido más gente que nunca', cerca de 12.000 personas.Moral se une a la lista de personas que han sido distinguidas por la organización del festival, que el 18 de abril de 2001 entregó la medalla de oro a la reina Sofía, en reconocimiento al apoyo prestado al certamen, del que actualmente ocupa la presidencia de honor.La Reina recibió la medalla en la cuadragésima edición del festival, junto a otras personas que habían apoyado o trabajado en favor del certamen de música sacra, que fue el primer festival español que entró en la red europea de festivales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

CRÍTICA: SEMANA DE MÚSICA RELIGIOSA DE CUENCA
Exploración de límites por J. Á. VELA DEL CAMPO

45ª Semana de música religiosa de Cuenca

Ara Malikián; Joven Orquesta Nacional de España, Coro de la Generalitat Valenciana, Krzysztof Penderecki; The Sixteen, The Symphony of Harmony and Invention, Harry Christophers. Iglesia de San Miguel y Teatro Auditorio. Cuenca, 13, 14 y 15 de abril.

Se pasa en Cuenca con naturalidad de las músicas de Bach y Mozart a las de Penderecki y Bernaola. La predisposición al recogimiento es, en cualquier caso, matinal, y tiene su espacio idóneo en la iglesia de San Miguel, un oasis de paz en las primeras horas del Viernes Santo, cuando el desolador paisaje callejero después de la batalla llena la ciudad de estética de la resaca tras la noche de las turbas. Es entonces la hora del violinista libanés de origen armenio Ara Malikian que, en tres días, aborda las sonatas y partitas para violín solo de Bach, aderezándolas un día con un estreno absoluto de Antoni Parera Fons, otro con una pieza de Bernaola y ayer rindiendo homenaje al armenio Adom Khoudoyan. Interpretaciones sobrias, sin concesiones, que invitan a la concentración. Y, de verdad, no se oye una mosca, en la iglesia, con un público que sabe perfectamente a lo que va. Como epílogo de su serie bachiana ayer reivindicó a sus compadres flamencos de su desembarco en España e interpretó como propina "una de moros", haciendo alusión a sus orígenes más profundos. Bárbaro.

Penderecki es un compositor que tiene tirón. Le sobra oficio, compone con habilidad para las voces y se mueve a sus anchas en el tratamiento de las grandes masas sonoras. Su Stabat Mater para coro mixto, de 1962, es espléndido. Su Sinfonía número ocho, de 2005, que lleva como sobrenombre Cantos de lo efímero, es más artificiosa. Una y otra, así como el Magnificat de Zielenski ofrecido como pórtico, sirvieron de plataforma para una actuación sensacional del Coro de la Generalitat Valenciana, uno de los grandes triunfadores de esta edición de la Semana Religiosa de Cuenca.

Color y frescura

Deslumbró en el coro su sentido de la afinación, su musicalidad, su profesionalidad, su saber estar vocalmente, su color sedoso y empastado. La Joven Orquesta Nacional de España destacó una vez más por su espontaneidad y frescura. Respondió con garra ante la simplemente correcta dirección de Penderecki y elevó con su entusiasmo el perfil musical de la noche.

Ímpetu no le faltó, desde luego, a Harry Christopher en su dirección de El Mesías, de Händel, estrenado en 1742, y orquestado por Mozart en 1789. En un clarificador artículo sobre El Mesías desde el clasicismo vienés incluido en el programa de mano, Rafael Ortega Basagoiti sitúa como punto de partida una frase del director de orquesta Charles Mackerras: "La versión de Mozart de El Mesías de Händel es ¡tan hermosa!.. aunque por supuesto dice mucho más sobre Mozart que sobre Händel". Pues eso, ya ven. La división de opiniones se impuso. Al público le gustó. No me acabó de convencer que se cantase en inglés en vez de en alemán. En fin, quizá prejuicios. La interpretación fue vibrante, briosa y, curiosamente, un poco distante.

La música callada reina en el convento de San Pablo, en su día también espacio de la Semana. Allí Gustavo Torner nos convoca desde su Homenaje a Monteverdi, de 1970, como primer impacto visual de una exposición permanente. A Torner le interesa más el silencio que el ruido, dijo en su día Calvo Serraller. El maestro forma parte del paisaje musical conquense. En fin, Cuenca: la música y sus circunstancias.

http://www.elpais.es/articulo/cultura/Exploracion/limites/elpporcul/20060416elpepicul_8/Tes/