El PP no aplica la misma vara de medir
Estupor e indignación me ha producido leer en un medio de comunicación local las declaraciones de la mano derecha de la Sra. Cospedal, se llama Guarinos, pidiendo al Sr. Martínez Cenzano que dimita, “por dignidad”, de su cargo de Defensor del Pueblo de la región. Y quiero contar a los lectores del periódico lo que está pasando en Valencia, y de paso a la Sra. Cospedal, aunque imagino que ésta ya lo sabe.
El protagonista es el Sr. Camps, adalid de Rajoy (y De Cospedal) en su lucha contra Aznar y Aguirre para refundar el Partido Popular e intentar hacer su imposible viaje al centro. No teman, que no voy a hablarles de su estrecho apoyo al Sr. Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, a quien la Generalitat le ha otorgado su más alta condecoración mientras está siendo investigado por la Justicia y la Hacienda pública; no, voy a hablarles del Defensor del Pueblo de la Comunidad Valenciana.
Tenían uno y le caducó el mandato. Nombraron a una señora provisionalmente y, como molestaba al Gobierno (creo que por aceptar las quejas que los ciudadanos le presentaban por los retrasos en la aplicación de la Ley de Dependencia) y no podían elegir al que Camps quería, por no tener en sus Cortes regionales diputados suficientes y necesitar, por tanto, los votos del PSOE, que no se los da, pues cambiaron el Reglamento, rebajando las exigencias de la Ley. Así, entonces, nombraron provisionalmente al marido de una Consejera del Gobierno del Sr. Camps (persona a la no conozco y a la que, por tanto, no puedo juzgar). Después, el Tribunal de Justicia ha suspendido cautelarmente el Reglamento aprobado y la dignidad del Parlament y del Defensor, por los suelos. Y en el Partido Popular de Valencia tan panchos. Y yo reto a la Sra. Cospedal a que hablemos un rato de dignidad.
En fin, gracias a que las noticias hoy no tienen fronteras podemos distinguir a los que quieren presumir de lo que no demuestran tener: dignidad, que, entre otras cosas, es aplicar la misma vara de medir a todas las personas, y, si aceptan para unos la presunción de inocencia, deberían no condenar a quien ni siquiera ha sido acusado de delito alguno.
No es de extrañar que con esta actitud intransigente y cerril cada día se alejen más de un pueblo y de una región que les da la espalda en las elecciones y tampoco que quieran agarrarse a cualquier cosa pensando que todo vale, incluidos los atajos. Sigan así, es decir, ocupando los despachos de la oposición, Sra. Cospedal por muchos años
Estupor e indignación me ha producido leer en un medio de comunicación local las declaraciones de la mano derecha de la Sra. Cospedal, se llama Guarinos, pidiendo al Sr. Martínez Cenzano que dimita, “por dignidad”, de su cargo de Defensor del Pueblo de la región. Y quiero contar a los lectores del periódico lo que está pasando en Valencia, y de paso a la Sra. Cospedal, aunque imagino que ésta ya lo sabe.
El protagonista es el Sr. Camps, adalid de Rajoy (y De Cospedal) en su lucha contra Aznar y Aguirre para refundar el Partido Popular e intentar hacer su imposible viaje al centro. No teman, que no voy a hablarles de su estrecho apoyo al Sr. Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, a quien la Generalitat le ha otorgado su más alta condecoración mientras está siendo investigado por la Justicia y la Hacienda pública; no, voy a hablarles del Defensor del Pueblo de la Comunidad Valenciana.
Tenían uno y le caducó el mandato. Nombraron a una señora provisionalmente y, como molestaba al Gobierno (creo que por aceptar las quejas que los ciudadanos le presentaban por los retrasos en la aplicación de la Ley de Dependencia) y no podían elegir al que Camps quería, por no tener en sus Cortes regionales diputados suficientes y necesitar, por tanto, los votos del PSOE, que no se los da, pues cambiaron el Reglamento, rebajando las exigencias de la Ley. Así, entonces, nombraron provisionalmente al marido de una Consejera del Gobierno del Sr. Camps (persona a la no conozco y a la que, por tanto, no puedo juzgar). Después, el Tribunal de Justicia ha suspendido cautelarmente el Reglamento aprobado y la dignidad del Parlament y del Defensor, por los suelos. Y en el Partido Popular de Valencia tan panchos. Y yo reto a la Sra. Cospedal a que hablemos un rato de dignidad.
En fin, gracias a que las noticias hoy no tienen fronteras podemos distinguir a los que quieren presumir de lo que no demuestran tener: dignidad, que, entre otras cosas, es aplicar la misma vara de medir a todas las personas, y, si aceptan para unos la presunción de inocencia, deberían no condenar a quien ni siquiera ha sido acusado de delito alguno.
No es de extrañar que con esta actitud intransigente y cerril cada día se alejen más de un pueblo y de una región que les da la espalda en las elecciones y tampoco que quieran agarrarse a cualquier cosa pensando que todo vale, incluidos los atajos. Sigan así, es decir, ocupando los despachos de la oposición, Sra. Cospedal por muchos años
Francisco Javier Pérez
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