
En algunos casos, hasta que el coche no pasa prácticamente al lado no se puede leer las leyendas de la señalización. En otros, sería necesario bajarse del vehículo y apartar con las propias manos el ramaje para distinguir las indicaciones.Por otra parte, otro riesgo más se une a los inconvenientes en la visibilidad de los conductores: los incendios. La sequedad de muchas de las plantas que han crecido pueden servir como detonador e hilo conductor para un incendio de incalculables proporciones, ya que es una zona de abundantes pinares.El deterioro progresivo de estos aproximadamente 2 kilómetros en las inmediaciones de la capital tiene fecha de comienzo: la apertura al tráfico del primer tramo de la Autovía A-40, y que desde entonces ha canalizado la mayor parte del tráfico de salida y entrada de la capital conquense con localidades como Tarancón y Madrid.Son muchos los conductores que la utilizan como vía alternativa sobre todo para desplazamientos más cortos o en aquellas coyunturas con más intensidad de tráfico en la autovía. También es el único recurso del que disponen tractores, cosechadoras y ciclomotores.Este tramo de la N-400 registra cotidianamente numeroso tráfico, ya que a lo la largo de sus aproximadamente 2.000 metros se extienden varios equipamientos y servicios privados y públicos. El más destacado el colegio San Julián, al que durante el curso se tienen que desplazar diariamente numerosos padres con sus hijos y autobuses escolares. También hay una empresa de suministros de energía, una central de incendios, el puesto de socorro de Cruz Roja y un vivero.Los vecinos de urbanizaciones como "El Royo" y otras aledañas tienen en esta carretera abandonada su vía más cómoda y directa de acceso.
VMT
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