domingo, 30 de abril de 2006

La central nuclear de Zorita reduce su potencia horas antes del cierre definitivo, a las 23.30 horas

La central nuclear José Cabrera, más conocida por el lugar en el que se encuentra, Almonacid de Zorita (Guadalajara), vive su último día. A las 23.30 horas de hoy dejará de estar activa tras 37 años de actividad ininterrumpida.
A las 17.30 horas ha comenzado la aceleración de la reducción de potencia, que acabará con la parada del reactor. Desde esa hora, la potencia baja desde los 122 megavatios (MW) a razón de 20 mw a la hora.
Así, aunque la central lleva casi un mes preparándose para este momento, reduciendo su potencia de forma progresiva, será media hora antes de la media noche cuando el operador jefe de la sala de control de Zorita apriete el botón rojo de parada. Con un simple movimiento de dedo se dará la orden para dejar caer unas barras de grafito dentro del reactor de la central, para que los átomos dejen de chocar entre sí en cadena en el proceso de fisión del uranio.
Los siete empleados que normalmente trabajan en ese turno, estarán esta noche acompañados por el director de la central, Pablo Díez.
Tras desconectar la central de la red, el reactor entra en un proceso de parada también paulatino. Una vez que la carga llegue a 0 MW, finalizará la explotación comercial iniciada en 1969.
Una semana después, se inundará el reactor de agua y se abrirá la tapa de la vasija para que las grúas puedan sacar las 69 barras de uranio ya consumido hasta la piscina donde ya están guardadas bajo el agua, para su enfriamiento.
Unos 170 millones y 10 años para desmantelarla
La central seguirá siendo propiedad de Unión Fenosa durante los próximos tres años. En este tiempo, debe comenzar un complejo proceso de desmantelamiento que no concluirá hasta 2015 y que costará unos 170 millones de euros.
En dicho trienio, Fenosa deberá meter en contenedores el combustible antiguo de la piscina en contenedores especiales que se almacenarán luego sobre una losa de hormigón. Los enormes barriles, de unos tres metros de altura, están diseñados para soportar los 300 grados de temperatura del combustible gastado y para evitar cualquier fuga.
Luego, entre los meses de octubre y noviembre, se procederá a la descontaminación del circuito primario de la central, una de las estructuras más sometidas a radiaciones.
Entre los años 2008-2009 se procederá a llevar a cabo el traspaso de la titularidad a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA), y este último año se iniciarán los trabajos de desmantelamiento de las instalaciones físicas, los edificios de la planta.
Unión Fenosa ha solicitado permiso para construir en el mismo emplazamiento de Zorita una central de ciclo combinado.
Algunas voces en contra
Pero no todos celebran el cierre de la central. En Almonacid de Zorita, el alcalde teme que con el desmantelamiento se pierdan no sólo parte de las generosas subvenciones que recibe el municipio como compensación por su 'riesgo', sino también muchos puestos de trabajo en la zona.
"Los que vivimos cerca de la central somos gente normal. Aquí, en Almonacid de Zorita, no hay nadie con cuatro cabezas", asegura Gabriel Ruiz del Olmo, alcalde de Almonacid.
"Los empleados de la central han criado a sus hijos aquí, y nosotros estamos encantados con tener la planta tan cerca. Es cierto que la energía más limpia es la que no se consume, pero todas las demás, excepto la nuclear, son sucias. No nos importaría que colocaran otra planta nuclear aquí", dice.
Un compromiso electoral de Zapatero
El cierre de Zorita, una decisión tomada por el Gobierno en el año 2002, coincide con la reapertura en el mundo del debate sobre la energía nuclear.
Con el precio del petróleo alcanzando máximos históricos, y el protocolo de Kioto obligando a los países a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, son cada vez más los que ven necesario volver a la energía nuclear, aunque todos coinciden en que antes debe resolverse el problema de los residuos que generan dichas plantas.
Este mediodía, la Plataforma 'Zorita ni un año más' (integrada por partidos políticos y ecologistas) celebró un cierre simbólico de la central, con la colocación de un gigantesco candado a una maqueta de la planta.
El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, uno de los asistentes al acto, recordó que el Gobierno tiene el compromiso electoral de presentar un calendario pactado de cierre de las centrales nucleares en un periodo, por ejemplo, hasta 2020. A su juicio, ese calendario debe comenzar con Zorita, más tarde con Garoña y continuar con el cierre de todas las centrales nucleares en España.
Mientras, el director de Campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, criticó la "ambigüedad" del Ejecutivo en materia nuclear y exigió al presidente Zapatero que cumpla su promesa de elaborar un calendario de cierre.
El pasado miércoles se cumplieron 20 años desde la catástrofe de Chernobil, que provocó que se ralentizara el desarrollo de otros proyectos nucleares. No obstante, en la actualidad los países del G-8 plantean el desarrollo de la energía nuclear ante la incesante subida del precio del petróleo.

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